artículos
Saltarse comidas tiene consecuencias
Después de los abusos en las Fiestas Navideñas es habitual saltarse comidas para «compensar»… pero tiene consecuencias.
Una recomendación frecuente es la de comer 5 ó 6 veces al día sin saltarse ninguna comida y dando prioridad al consumo adecuado y equilibrado de nutrientes en el desayuno.
¿Cuántas veces como?
En cuanto al número de comidas, hay voces que discrepan y consideran que lo necesario es seguir una dieta nutricionalmente completa y no repartirlo en tantas ingestas. Unos y otros tienen su criterio basado en datos.
¿Para todos los grupos de población?
Hay coincidencia en que resulta fundamental inculcarles a los niños la necesidad de comer adecuadamente y, en su caso, en que es mejor realizar cinco ingestas diarias, en las que se repartan equilibradamente las calorías que necesitan para crecer y desarrollarse adecuadamente (entre 2.500 y 3.000 Kcal.)
No te saltes ninguna comida
Cuando queremos bajar de peso, lo primero que pensamos es en no cenar, o evitar el desayuno, además de comer alimentos que no engordan eliminando de la dieta algunos imprescindibles como las legumbres.
Esta actitud es contraproducente. El organismo necesita el aporte de alimento en varios momentos del día y ninguno es prescindible.
Eliminar una de las ingestas lo único que generaría sería una alteración en el sistema endocrino, que provocaría variaciones en nuestra salud y no nos haría perder los quilos que nos sobran.
Además, te provocaría ansiedad y, en el momento en que te pusieras a comer, devorarías todo lo que tengas delante y tardarías más en sentir sensación de saciedad.
¿Por qué comer cinco veces al día?
Los defensores de esta teoría señalan que realizar 5 comidas nos ayudará a mantener mejor nuestro régimen alimentario porque:
- Reduce la sensación de hambre. Comer varias veces minimiza nuestra ansiedad en el momento de sentarnos ante el plato, por lo que vamos a ingerir menor cantidad de comida.
- Disminuye la retención de grasas porque nuestro organismo no tiene que guardarlas para momentos de emergencia en los que necesitaríamos energía.
- Elimina el deseo de picotear entre horas, lo que evita que consumamos todos esos alimentos que sólo aportan calorías y carecen de interés nutricional.
- Logramos un aporte de mayor número de nutrientes y más variedad, por lo que incluiremos las cantidades diarias recomendadas de vitaminas, minerales, etc.
- Mejoraremos nuestro estado de ánimo disminuyendo la necesidad de que llegue la hora de comer y evitando la sensación de que nos falta energía.
- Conseguiremos adaptarnos a llevar fruta y consumirla habitualmente porque es uno de los alimentos a los que nunca solemos encontrarles el momento para comerlos.
- Mejoraremos nuestras digestiones porque al ingerir cantidades más pequeñas y alimentos con fibra, será más sencilla su digestión y los nutrientes llegarán con facilidad a nuestras células.
- Reduciremos la posibilidad de padecer obesidad infantil por adaptar a las necesidades de nuestros niños el consumo de calorías.
¿Por qué comer menos veces?
Los defensores de esta teoría señalan que, si comes menos veces:
Reducirás la posibilidad de incorporar calorías en exceso a tu dieta porque no serás capaz de adaptarlas bien a las ingestas.
El páncreas (y los demás órganos asociados a la digestión) tendrá menos trabajo y evitaremos problemas relacionados con la insulina y otras sustancias relacionadas con el proceso digestivo.
Lograr un equilibrio es imprescindible y no consiste en saltarse comidas
Lo fundamental es organizar bien tu alimentación. Planificarla en función de tu vida real, de tus horarios y apetencias eligiendo alimentos sanos en cantidades adecuadas para conseguir un aporte nutricional correcto.
Si el consumo de nutrientes se desequilibra, podría influir en la aparición de problemas nutricionales y carencias de elementos imprescindibles para la salud.
Atiborrarse en el momento en que se puede comer, puede generar obesidad.
La ansiedad de no poder comer puede causar un incremento en el consumo de productos poco sanos que sean muy calóricos y no comamos lo que de verdad nos es beneficioso.
El desayuno es el pilar fundamental
El desayuno permite romper el ayuno nocturno y nos proporciona la energía necesaria para la actividad de la primera parte del día (normalmente, en el trabajo o en el colegio).
Se recomienda incluir: fruta (entera o en zumo), proteínas (queso, pavo, etc.), lácteos (yogur, leche) y cereales (pan tostado, galletas, etc.).
Acostarse sin cenar tiene consecuencias
Existe la idea generalizada de que acostarse sin cenar adelgaza porque no ingieres calorías “innecesarias” y no te darás cuenta de que tu estómago está vacío al quedarte dormido.
Pero eso no es cierto.
Lo primero que pasará es que no podrás dormir o dormirás muy mal porque esa sensación de vacío lo que hará será estimularte y evitará que descanses como es debido.
Lo que sí se debe hacer es dejar pasar entre una hora y media y dos horas antes de acostarse y, si eso no fuera posible, cenar algo suave como un yogur natural con plátano o con cereales y nueces.
Se recomienda una cena rica en hidratos de carbono y de contenido bajo o medio en proteínas. Evitar los alimentos ricos en grasas saturadas porque hacen más pesada la digestión y generan gases que resultan muy incómodos para descansar.
Carmen Reija
Farmacéutica,
Óptica y Tecnóloga de alimentos.
consejosdesaludintegral.com