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El silencio de la meditación.
ÉXTASIS y ENERGÍA
“La meditación, sentados en silencio sin hacer nada, la primavera viene y la hierba crece por si misma”. Permíteme que te invite a hacer un pequeño viaje interior.
Palabras, memorias, imágenes de eventos del pasado, y proyecciones futuras…Mayoritariamente cuando nos damos cuenta de esto, decidimos que ya no queremos volver más a enfocarnos hacia dentro y preferimos ocupar nuestro tiempo en el hacer, correr, movernos constantemente. Esto es algo que sucede automáticamente.
Cómo funciona la mente
El evitar está en el hecho de que nuestra mente es caótica y loca. Nunca nos hemos manejado en disciplinarla o incluso a estar disponibles a enseñarla a pensar de forma positiva. La naturaleza de la mente es vivir en opuestos.
La mente no puede sobrevivir en un polo, sea en el positivo o solo en el negativo.
Cada decisión, cada impulso, cada acción, la mente continúa corriendo, mirando para algo, para algo mejor, tratando de mejorarse, queriendo volverte mejor persona, haciéndote sentir un ser especial, queriéndote obtener mayor estatus,…, siempre queriendo más y mejor.
La lista de metas que crea la mente es infinita, y siempre enfocada en el futuro:
- En el futuro seré mejor,
- en el otro lado del río hay el paraíso,
- cualquier riesgo es para enriquecer e ir hacia el otro lado.
- Donde estoy no es suficiente.
- Más tarde es mejor.
- Estoy en el infierno, y tengo que llegar al cielo.
- Tengo que trabajar, y trabajar, y trabajar para volverme mejor, para cambiarme a mi mismo…
Y así, nuestro enfoque está siempre en otro lugar. No vemos que es lo que está realmente sucediendo. No vemos quienes somos, no vemos como nos sentimos, todo lo que sabemos sobre nosotros mismos está en el campo de la imaginación.
Así que no sabemos quien realmente somos mientras sigamos mirando con la mente, o siguiendo a la mente.
Qué es la meditación
Es como estar en la estación de tren mirando los trenes llegar y marchar. El tren llega, se abren las puertas, te invita a entrar y tu estás allí sentado en el andén sin moverte, relajado, hasta que el ten cierra sus puertas y se va.
La mayoría de pensamientos que vienen no son más que viejas memorias, viejas historias, que no tienen ningún valor sobre que y quien tu eres ahora.
En este determinado momento cabe indicar, que las viejas memorias activan tu sistema nervioso y llevan tu cuerpo emocional a un estrés innecesario.
Y debido al despertar de estas viejas memorias emocionales cierta energía se libera, y nos hace pensar que hay algo real en esto, cuando no hay nada real.
Ejercicio simple, vamos a testear
Seguro que has podido comprobar como tu cuerpo instantáneamente muy sutilmente ha movilizado cierta energía para protegerse.
Con este simple ejercicio puedes ver como para tu cuerpo cualquier imaginación es real, no pudiendo diferenciar una imagen interior o exterior, lo cual nos ayuda a ver que la mayor parte de nuestra vida emocional también está basada en proyecciones futuras y memorias pasadas.
Todo ello nos proporciona una sensación y sentimiento de no poder confiar en nuestra propia vida, tenemos que estar constantemente en control, aportándonos la sensación de ser entidades separadas de unos de otros y de la vida en si misma.
La vida aparece en nosotros, en nuestro cuerpo, y alrededor de nosotros como peligro. El reto ahora es saber como volver a casa y encontrarnos uno como Uno.
Al principio de la meditación y el silencio
Quizás nos encontramos con dolor, con estrés emocional, con miedos, e incluso algunas veces pareciendo que nos volvemos locos.
Esto es parecido a cuando los padres dejan a los niños por un largo tiempo solos en casa y los niños hacen un enorme caos. Cuando ellos vuelven a casa toman un cierto tiempo en arreglar y en ponerlo todo en su orden y lugar al que pertenece.
Cuando más nos entrenamos en ello, esta observación nos hace ver más claramente que no estamos en el pasado y/o en el futuro, sino que estamos vitalmente aquí, que siempre hemos estado aquí. Que todo lo que veía era un sueño.
En esta presencia de ser surge el amor, la abundancia, la unidad, y una enorme libertad y goce, siendo todo perfecto tal y como es.
La mente soñante ha creado un artificial y ficticio yo, el cual no ha estado nunca aquí y nunca es real.
Llegar a casa es la mayor libertad y la fantástica revolución que uno puede dedicarse. No hay nada más bello en la vida que abrir los sentidos hacia uno mismo.
Satyarthi Wuwei
www.satyarthi-wuwei.com
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