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Caminar al aire libre, un ejercicio beneficioso apto para todos

Caminar al aire libre ahora más que nunca se vuelve imprescindible. Durante estos meses de pandemia, hemos podido detectar como, uno de los grandes males que afectan a las sociedades, se ha visto aún más intensificado. Estamos hablando del sedentarismo.
Es evidente que durante estos meses de confinamiento nos hemos visto privados de actividades tan naturales como caminar o salir al aire libre, esto ha hecho que se pronunciaran aún más hábitos sedentarios en casi toda la población, con especial énfasis en los niños y adolescentes, que prefieren estar viendo la tele, jugando a la consola o pasar horas en las redes sociales a una edad que deberían estar realizando mucho más ejercicio físico.
Hacer ejercicio es fundamental para nuestra salud física y mental. No ya sólo para personas sanas, sino incluso para personas con enfermedades crónicas como pueden ser la diabetes o problemas cardíacos, a los cuales se es aconseja que hagan alguna clase de ejercicio físico como terapia.
Y caminar es el ejercicio que ha resultado tener menos contraindicaciones y el que es además realizable por el mayor número de personas, independientemente de su edad o condiciones físicas.

Decídete ya. ¡¡Camina!!

La experiencia señala que la actividad más recomendable es la aeróbica: caminar al aire libre, correr, nadar, andar en bicicleta, etc. con una intensidad tolerable y sin forzar. Este entrenamiento produce adaptaciones a nivel cardiovascular, respiratorio, muscular, metabólico, digestivo, etc. muy beneficiosas para el organismo.
No lo dudes. Caminar al aire libre es apto para todos, agradable y satisfactorio. Para beneficiarte de todas sus ventajas debes realizarlo regularmente. Entre los beneficios que se le atribuyen, destacaría:
  • Puedes caminar al aire libre solo o acompañado, adaptándote al ritmo de los demás.
  • Es económico, no necesitas ninguna inversión ni en calzado ni ropa especial.
  • Puedes caminar en cualquier zona, parques, por las calles, una excursión por el bosque…
  • Mejora el control de la respiración.
  • Ayuda a perder peso.
  • Corrige malas posturas.
  • Mejora los problemas de la espalda.
  • Estimula el sistema circulatorio y el retorno venoso.
  • Mejora la flexibilidad, la fuerza, la resistencia y la coordinación.
  • Si caminas al aire libre durante al día además te beneficias de recibir luz natural.
En compañía es mejor caminar al aire libre
Caminar al aire libre nos permite despejarnos, relajarnos y nos lleva a un estado en el cual nos es más fácil poder reflexionar de manera clara. Ya Sócrates decía que caminar al aire libre era condición necesaria para filosofar.

Algunos consejos para empezar a caminar al aire libre y no desanimarse

A continuación te damos unos consejos prácticos y sencillos para poder empezar a caminar al aire libre sin que suponga un sobre esfuerzo o un desánimo. Es importante abordar cualquier cambio de rutina como algo positivo y agradable.
  • Márcate objetivos alcanzables. Los imposibles de lograr te desanimarán.
  • Procura caminar todos los días; no lo dejes sólo para el fin de semana, porque se convertirá en una actividad indeseable.
  • Empieza a caminar lentamente y ve aumentando gradualmente la intensidad en función de tu evolución física.
  • Mientras caminas al aire libre intenta pensar en positivo. Es bueno para tu salud, lo que lo convierte en imprescindible.
  • Comer hidratos de carbono para mejorar tu rendimiento y evitar hipoglucemias.
  • Hidratar tu organismo adecuadamente para prevenir la aparición de calambres, mareos, dolores musculares, etc.
  • Utilizar el equipo adecuado. De manera general se recomienda ropa amplia de algodón y un calzado que se ajuste bien a tu pie y lo proteja de rozaduras, amortigüe la pisada y se agarre a la superficie por la que vas a moverte.
  • Estirar antes (para dar elasticidad a los tejidos blandos) y después de caminar (para evitar acortamientos musculares y calambres). Deben ser movimientos controlados que no provoquen desgarros o alteraciones fisiológicas.

Caminar por el campo

No es necesario elegir un lugar aislado; lo importante es que “pises la hierba”. Caminar en grupo en un medio natural ayuda a combatir el estrés y mejora la salud mental, reduciendo los problemas asociados a la depresión.
Se recomienda tres veces a la semana, ya que son más beneficiosas las caminatas cortas y frecuentes que las largas, realizadas menos veces.
Opta por una ropa cómoda y un calzado adecuado. Disfruta del paseo sin plantearte metas inalcanzables. Caminar al aire libre por el campo te ayuda a sentirte mejor, conectar con la naturaleza, respirar aire puro y reducir el peso.
caminar por la hierba es uno de los placeres de caminar al aire libre

Caminar por la playa

Si vives cerca del mar, caminar al aire libre por la playa es una opción muy buena. Notarás que se fortalecen tus músculos porque caminas en un terreno que no es llano.
Se recomienda empezar por la arena mojada para evitar que las piernas soporten demasiada resistencia y se produzcan lesiones en los ligamentos del tobillo.
Si caminas en una zona en la que el agua te llegue hasta las rodillas mejorarás tus glúteos y muslos porque moverte para vencer el movimiento del agua supone más esfuerzo.
Además, pisar la arena reduce el estrés y la ansiedad porque las terminaciones nerviosas de los pies se activan al rozarse con la arena (según la reflexología). También el ambiente influye porque es relajante y reduce tus niveles de ansiedad. Si no te apetece caminar descalzo o descalza, Puedes hacerlo con ropa y zapatillas deportivas.

Caminar por la ciudad. Una buena manera de ir cogiendo el hábito de caminar al aire libre

Cuando empieces a hacer deporte te parecerá imposible conseguir los objetivos que te vayas marcando, especialmente si hace mucho tiempo que no te mueves. Lo lograrás si perseveras en tu intento.
caminar al aire libre por la ciudad
Lo bueno de caminar al aire libre, es que no se percibe como un deporte o un ejercicio demasiado agresivo, con lo que acostumbrarse, sin necesidad de marcarse metas, es más factible. Reduce los trayectos que harías en transporte público o privado y hazlos andando.
Las adaptaciones generadas suponen un cambio beneficioso (aunque te cueste reconocerlo cuando empieces a sentir las incómodas agujetas) respecto a tu vida sedentaria anterior o la de quienes no se mueven nunca. Se ha comprobado que, haciendo ejercicio, se reduce la frecuencia cardíaca.
Si consigues caminar al aire libre de manera continuada y diaria, verás como te sientes menos fatigado, caerás enfermo con más dificultad y en general tendrás un mejor humor y actitud ante la vida. Y si vives en una ciudad, aportarás tu granito de arena a reducir la polución producida por el transporte de vehículos a motor.

Carmen Reija colaboradora de Sanamente.netCarmen Reija 
Farmacéutica,
Óptica y Tecnóloga de alimentos.
misconsejosparatusalud.blogspot.com

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