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Coaching para gestaltistas: presente, pasado y futuro
En pocas palabras, la Gestalt le da profundidad y el coaching empuje.
Robert Dilts diferencia dos tipos de coaching
Este coaching busca el cambio del estado actual al estado deseado, a nivel de conductas y recursos, animando a una exploración de comportamientos nuevos que faciliten el cambio de situación.
Coaching con «C»
Este otro coaching, frente a las dificultades de alcanzar ciertos objetivos, contempla la posibilidad de hacer cambios en la percepción del coach.
Esto lo consigue ampliando su mapa de la realidad, y cuestionando y reflexionando sobre sus creencias, sus valores y presupuestos.
El cambio aquí ya no es solo comportamental, sino que además apuntamos a un cambio interno, que abre más posibilidades de acción y más flexibilidad para encarar los desafíos que se proponga o que le proponga la propia vida.
El coaching gestáltico es coaching con "C" mayúscula
Cualquier comunicación se basa en interpretaciones. Para que haya un proceso de escucha, asimilación y devolución, debemos interpretar los mensajes que nos llegan del exterior. En esta interpretación vemos aspectos de la realidad y la configuramos según nuestros modelos internos. A través del lenguaje percibimos y construimos al mismo tiempo.
La creación del lenguaje destacará algunos elementos y otros no, y configurará la experiencia o la fantasía según resulte conveniente para los aprendizajes o experiencias pasadas.
A través de la perspectiva del lenguaje se puede cambiar la forma de expresarse y conseguir más compromiso con la realidad y con uno mismo.
Presente, pasado y futuro
En el coaching se trabaja con el futuro, que es, en principio, un campo abierto de posibilidades, con las que el coach trabajara para quedarse con algunas como objetivos a alcanzar.
La figura del gestaltcoach
La figura del gestaltcoach es la de un coach y un terapeuta que se orienta desde la gestalt y el coaching.
Cuando hablamos de la figura ponemos en juego, como no, algunos valores y creencias que hemos visto efectivos.
Cuando hablamos de humildad, de vaciarse de conocimientos, de confianza y de compromiso con el propio proceso, estamos transmitiendo un modelo que nos orienta y nos previene de nuestros propios miedos.
El gestalt coach se nutre de todo lo que enriquece y favorece el crecimiento, lo integra y luego lo pone al servicio del cliente. El Gestaltcoach trabaja con todo lo que le sirve a sí mismo para crecer.
De la Gestalt cogemos
También cogemos ese entrenamiento en el darse cuenta del aquí y ahora, esa conciencia de lo que está pasando, de aquello que es obvio y no siempre somos conscientes.
Del Coaching cogemos
La función del Gestaltcoach es facilitar el camino y las experiencias por donde el cliente quiera transitarlas. Poniendo atención a las demandas corporales y emocionales se profundiza en los meta-objetivos y en los valores de la persona.
A través de la conciencia de cómo evito aquello que necesito damos un salto en asumir partes nuestras que están actuando e interfiriendo en el fluir.
La Gestalt atiende aquello que de forma inconsciente bloquea el fluir.
La mirada
Con la mirada del Gestalt coach intentamos tener en cuenta hacia dónde vamos; hacia qué objetivo, haciéndolo cada vez más real y cercano; y cómo vamos, con qué cuento, con qué lo hago, cómo me manejo y qué me encuentro como resultado.
A través de cómo mira, cómo pregunta, cómo acompaña, el cliente se siente potenciado, que se cree en él, que se le reconoce en aquello que ni el mismo contemplaba.
En el coaching gestáltico importa realmente cómo miramos al cliente. Recogiendo las directrices que desarrolló Rogers de empatía, congruencia y aceptación incondicional, vemos en el coaching que se profundiza en este modelo, humanizándolo más; quitando la figura terapéutica paternal; creando una posición comprometida desde la voluntad de servicio, manteniendo el foco en mirar al cliente de la forma que le ayuda, y renunciando al protagonismo.
Es el rol del que tiene poder y lo usa reconociendo el poder del cliente. En muchos sentidos podemos definir esta relación como una reparentalización con un modelo validador, facilitador para el autoconocimiento y reparador en ciertos casos.
El gestaltcoach es una figura que enseña y que aporta, sobre todo una actitud, una ubicación frente al otro para que éste se mueva y aprenda. Éste es el arte de cada uno para hacer sin hacer.
Xavier Coll Viola
Institut Gestalt
institutgestalt.com