Únete a nuestro boletín
Queremos compartir contigo novedades, noticias, ofertas y sobre todo consejos para tu salud ¡Regístrate ahora!
Hemisferios cerebrales, yin y yang, energía femenina y masculina, buscando la forma de equilibrar y conectarlos
Los seres humanos, tantos hombres como mujeres, venimos “de fábrica” con dos energías primarias que condicionan nuestro comportamiento, nuestra energía vital y nuestra manera de vivir la vida: la energía masculina y la femenina
Esto quiere decir que un hombre viene dotado de energía masculina y energía femenina, al igual que la mujer, manifestándose en diferentes áreas de su vida.
No existe tal cosa como un hombre totalmente masculino o una mujer totalmente femenina. De hecho, una persona puede tener un cuerpo de hombre con una energía predominantemente femenina y a la inversa.
Resumen: la energía masculina/femenina la tenemos todos independiente del cuerpo que hayamos tomado.

La energía femenina (también llamada Yin) es contractiva, interna, lenta, perdurable, nutridora, receptiva, circular e integradora.
Estudios científicos han estudiado estas dos energías a través de los dos hemisferios cerebrales, polares y complementarios. El hemisferio izquierdo corresponde a la energía Yang y el derecho a la energía Yin.
Hay actividades que estimulan más un hemisferio u otro pero ambos hemisferios tienen que poder actuar al unísono para poder realizar hasta las actividades más simples.
Esto se consigue mediante la comunicación neuronal a través del cuerpo calloso, que es la parte del cerebro que a la vez los divide y los comunica. Cuanto mayor sea la comunicación entre ambos hemisferios más equilibrados estaremos y mayor creatividad y capacidad de acción tendremos.
Cuanto más tendamos hacia un hemisferio más en desequilibrio estaremos.

Este tipo de modelo puede provocar graves consecuencias en nuestro entorno, siendo perjudicial para uno mismo y los demás.
Las personas, muy centradas en sus emociones, en sus pensamientos, con muchas dudas, con miedo a equivocarse, con muchas ideas y creatividad pero incapacidad de concretarlas, son personas polarizadas en el hemisferio derecho.
Estas personas es difícil que haga gran mal a la humanidad (por lo menos directamente, ya que carece de energía de acción Yang) pero sí son capaces de generar un gran sufrimiento para sí mismas.
De esta manera, vemos que la polarización en cualquiera de los hemisferios crea problemas para uno mismo y para los demás. El ideal es la sincronización de las capacidades cerebrales, de energías polares, de manera que uno se vuelve una persona sensible, creativa y capaz de llevar las cosas a la práctica. La pregunta es: ¿cómo conseguimos esto?
Existen multitud de ejercicios que equilibran los hemisferios cerebrales, pero en este artículo vamos a explicar uno muy sencillo y profundo a la vez, que llega a la raíz del asunto ya que trabaja directamente sobre los canales energéticos que rigen los hemisferios.

Es una ciencia pragmática y de observación, de manera que los antiguos científicos de oriente vieron que de manera natural el flujo de aire cambiaba de una fosa nasal a la otra cada 2h aproximadamente, cambiando así el hemisferio cerebral dominante.
En este cambio, las dos fosas se activaban de manera sincrónica durante aproximadamente 10 minutos, activando de esta manera el canal central.

Observaron que había ciertas actividades que eran más beneficiosas de realizar cuando una fosa nasal u otra estaban funcionando y que había una serie de desequilibrios que afectaban a la salud física y mental que se manifestaban cuando el flujo del aire no cambiaba de manera regular de una fosa a otra.
Pero más aún, se dieron cuenta que habían ejercicios que servían para armonizar el flujo de la respiración y evitar así las enfermedades físico/mentales originadas por los desequilibrios en la energía masculina/femenina y en la preponderancia de los hemisferios cerebrales.
Este ejercicio activa ambos hemisferios a la vez, promoviendo su comunicación y sincronización, así como el equilibrio de nuestras energías masculinas y femeninas. El efecto es de relajación, serenidad, mayor creatividad, claridad mental, el despertar de una fuerza de voluntad poderosa, profunda y sosegada.
Observa tu respiración. Pon una mano debajo de tus fosas nasales. ¿Por cuál estás respirando? Si no sabes distinguir, prueba a tapar una fosa nasal y la otra, a ver por cual respiras mejor.
Repite esto por 5 minutos. Al cabo de un tiempo puedes ir aumentando hasta una hora.
Pruébalo y experimenta sus beneficios
Patricio Moralo
Director del Master en Meditación y Filosofía del Yoga
de la escuela Ashtanga Yoga Inbound
www.yogainbound.es
Si te ha gustado este artículo, tal vez te interese visitar nuestra página «Crecimiento Personal«
© Copyright 2009 - 2025 de Sanamente.net | Privacidad y Cookies | Diseñada y creada por el Equipo de Sanamente.net
Queremos compartir contigo novedades, noticias, ofertas y sobre todo consejos para tu salud ¡Regístrate ahora!