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Cómo nos acidificamos y desmineralizamos
Con la dieta actual nos acidificamos y desmineralizamos constantemente.
Hoy en día todo el mundo habla de la dieta alcalina, pero muy pocos conocen y practican de forma profunda y coherente esta forma de alimentarse.
Lo más importante para poder seguir una alimentación que no nos desmineralice y que nos genere un pH ligeramente alcalino, es conocer los efectos y reacciones de los alimentos que consumimos.
Sin ello, estaremos a merced de lo que leemos por Internet, de lo que nos dicen éstos o aquellos, produciendo una mezcla tal en nuestra alimentación que será difícil de entender sus reacciones y cómo nos sentimos.
La sangre ácida
Sabemos muy bien, que en cualquier enfermedad o patológica, su punto común es una sangre ácida.
Si conocemos la parte energética de los alimentos, sabremos cuales nos interesa usar, cómo cocinarlos y de qué forma combinarlos para tener una alimentación saludable.
Si seguimos con unos hábitos de vida opuestos a nuestras necesidades reales, nunca llegaremos al equilibrio y armonía verdaderos. Comemos lo que nos gusta, pero no lo que realmente necesitamos.
Alimentar a nuestro Cuerpo Físico no es tan solo saciar la sensación de hambre, o llenar un estomago vacío. En nuestra cocina diaria fabricamos nuestra calidad sangre. Una sangre ligeramente alcalina, limpia y sana, nutrirá a todo nuestro organismo, proporcionándole los nutrientes necesarios para un óptimo funcionamiento.
Para tener en cuenta
Reducir y evitar alimentos que nos desmineralizan
Por un lado tenemos las proteínas de grasa saturada (todas las carnes, embutidos, jamón, todos los lácteos, huevos) que producen putrefacción, pérdida de flora intestinal y acidez en la sangre; con un efecto de energía de acumulación, retención, bloqueo.
Por otra parte: alcohol, toda clase de vinagres, azucares de efecto rápido, bebidas gaseosas y artificiales, estimulantes (cafés, tés…), bollería y pastelería, lácteos blandos, exceso de frutas tropicales, verduras solanáceas (pimientos, tomates, berenjenas, patatas), espinacas, acelgas (altas en ácido oxálico) que también producirán un pH en la sangre ácido, con un efecto de dispersar, inflamar, hinchar…
Al producirnos un pH ácido, nuestro cuerpo tiene que compensar rápidamente con reservas de minerales (si éstas son suficientes), o decreciendo la calidad de huesos y dientes. Afectando a nuestro sistema nervioso y debilitando en forma general a nuestro sistema inmunitario.
Con la pérdida de minerales, también se debilitan nuestros riñones y tenemos que tener en cuenta que juegan un papel primordial, ya que son los encargados en regular el delicado equilibrio entre sodio y potasio, y regulan la densidad y vitalidad de nuestros huesos.
Consumo excesivo de crudos
Los crudos sean frutas, verduras… nos aportan muchas vitaminas y fibra, pero también su contenido en liquido es alto, diluyendo nuestros minerales si su consumo es excesivo.
Vida moderna
Por supuesto, todo el mundo puede comprender fácilmente que el ritmo y forma de nuestra vida, especialmente en ciudades, no nos ayuda a remineralizarnos. Desde el aire que respiramos a la gran cantidad de maquinas eléctricas que utilizamos a diario, en nuestro trabajo y en casa.
La falta de ejercicio, stress a todos los niveles y en general pérdida de contacto con la Naturaleza.
Falta de conexión interior
Es la principal causa de la desmineralización.
Si nos esforzamos de encontrar nuestra conexión, de aceptarnos, respetarnos, y amarnos, habrá una CALIDAD DE VIDA, nos cuidaremos a todos los niveles.
Cultivaremos nuestras emociones, pensamientos, acciones, siempre dirigiendo nuestra energía positiva y altos ideales hacia nosotros y hacia los demás.
EN NUESTRA COCINA CREAMOS SALUD
Formas de remineralizarnos
A nivel nutricional, si damos a nuestro cuerpo lo que necesita para continuar con sus funciones vitales, nos sentiremos fuertes y con centro.
Una alimentación con alimentos naturales biológicos basándose en: cereales integrales, proteínas de origen vegetal, verduras frescas, frutas de la temporada, semillas, frutos secos, algas y condimentos naturales, nos proporcionaran cimientos sólidos para una energía vital duradera.
Podemos aportar minerales a diario en nuestras comidas, a través de:
- LAS LEGUMBRES, altas en hierro y otros minerales
- Utilizando SAL MARINA al cocinar,
- Los CONDIMENTOS NATURALES salados en pequeñas cantidades como: la salsa de soja ó tamari, miso de buena calidad, la umeboshi.
- Consumiendo VERDURAS ECOLÓGICAS, sin químicos, ni fertilizantes artificiales.
- Variedad de SEMILLAS Y FRUTOS SECOS
- PESCADO varias veces a la semana (si tenemos deficiencia de minerales)
- VERDURAS DE HOJA VERDE (brócoli, kale, judía verde, coles verdes, apio, puerro..) en cocción muy corta- sin tapa- solamente 3 minutos. Nos aportan grandes cantidades de calcio.
- LAS ALGAS, pequeñas cantidades serán suficientes, pero lo más importante es su consumo diario.
Gracias a su alto contenido en minerales, las verduras del mar son un alimento totalmente necesario en estos momentos para:
- Reforzar y remineralizar nuestra estructura ósea.
- Contrarrestar toda la polución que tenemos, debido al excesivo uso de aparatos eléctricos (ordenadores, teléfonos, móviles, microondas, cocinas eléctricas, etc…).
- Producir en la sangre un efecto alcalinizante.
- Depurar nuestro sistema circulatorio de los efectos ácidos de la dieta moderna.
- Disolver grasas, colesterol y depósitos de mucosidades que aparecen en el cuerpo, por un exceso de grasas saturadas y productos lácteos.
- Nutrir nuestro sistema nervioso y reforzarlo.
- Reforzar nuestro sistema inmunitario.
Montse Bradford
Experta de nutrición Natural y Energética.
Escritora y terapeuta de psicología
Transpersonal y Vibracional.
Imparte seminarios por toda Europa.
Galardonada con el PREMIO VERDE 2008,
por su trayectoria profesional a favor
de la alimentación responsable y desarrollo sostenible.
www.montsebradford.es
Una buena receta para re-mineralizarte y tener un buen pH es la que nos ofrece, en el enlace, Montse Bradford «Cocido de judías pintas«