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Los cereales integrales, la base de una alimentación saludable
En la cocina macrobiótica el consumo de los cereales integrales juega un papel importante.
Como indica Georges Ohsawa en su libro “El Zen Macrobiótico” en el capítulo VII “alimentos básicos o principales” (página 65).
Basado en sus consejos para conservar la salud, la libertad y tener la oportunidad durante la vida de desarrollar su carácter y su personalidad para ser una persona que llega a la justicia suprema, en la dieta macrobiótica el estándar las proporciones de los alimentos se distribuyen de la siguiente manera:
- 50-60% cereales integrales (arroz, mijo, teff, trigo (cuscús, bulgur), maíz (polenta), cebada, avena, centeno, sorgo, alpiste) incluyendo los pseudocereales (quínoa, amaranto, trigo sarraceno)
- 25-30% verduras (excepto de las solanáceas: tomate, berenjena, patatas, pimiento)
- 5-10% legumbres y algas.
- Alimentos adicionales: frutos secos, frutas, aceite, semillas, pescado, endulzantes moderados, bebidas (té), miso.
Por qué son tan importantes.
Los cereales preparados con agua y un poco de sal marina son alimentos muy equilibrados, no son de cualidad extremo yin ni yang. Son la base para una alimentación equilibrada que te ayuda de establecer las “siete condiciones de la salud”
- No sentirse nunca cansado y tener vitalidad
- Dormir bien
- Tener hambre y motivación para hacer cosas.
- Tener una buena memoria.
- Tener un buen humor. Ser una persona amable.
- Tener rapidez de pensamiento y de acción.
- Ser una persona justa y llena de gratitud (Libro “El Zen Macrobiótico” página 33).
Ohsawa ha dejado muy claro: “Naturalmente se puede vivir comiendo todo aquello que place a nuestros sentidos y nuestro estómago, pero este tipo de alimentación tiene sus límites. La primera consecuencia es la pérdida de la felicidad y la aparición de dificultades de todo tipo: enfermedades, crímenes, guerra.” (Página 66)
¡Se recomienda masticar muy bien!
Atención, no solamente es importante que comemos, también lo es el cómo comemos. Si no masticamos bien los alimentos, no podemos asimilar bien los nutrientes.
Los cereales contienen hidratos de carbono (carbohidratos o glúcidos, almidones) y constituyen la principal fuente de energía para el organismo humano.
La digestión de los hidratos de carbono empieza en la boca. La saliva contiene las enzimas (amilasas salivares, ptialina) que hidrolizan (rompen en porciones muy pequeñas) las cadenas moleculares de los almidones, hasta en disacáridos (maltosa), que después serán transformados en monosacáridos en el duodeno. Los monosacáridos se asimilan en el intestino delgado fácilmente.
- Si no masticas bien, los almidones no se degradan completamente y al final dan problemas durante su estancia en el intestino.
- Si comes muy rápido y no puedes controlar la cantidad justa de cereales durante una comida, puedes crear fermentación, gases, sobrepeso y mocos.
- Una masticación completa siguiendo la macrobiótica es:
- Masticar cada bocado o cucharada 50 veces, mínimo. Si estás enfermo es mejor masticar más, hasta 200 veces. Cuanto más mastiquéis, mayor capacidad de curación.
- El sabor de los cereales en la boca se aumenta durante la masticación. Se hacen más dulces. ¡Experiméntalo!
En los próximos artículos en sanamente.net, hablaré de forma más concreta sobre el consumo de cereales, abordando cada tipo con sus cualidades y recetas. Hablaré sobre los cereales sin gluten y sobre la percepción de los cereales en otras dietas.
Matthias Hespe
Formador y conferenciante
Imparto cursos, talleres y charlas
(para profesionales, empresas y grupos privados, tanto de cocina y alimentación)
www.cuinar-sa.es
espai@cuinar-sa.es
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