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Relación con la madre y Constelaciones familiares
Las constelaciones familiares pueden ser una gran herramienta para restablecer la relación con la madre.
Este artículo va a tratar sobre el principal aprendizaje en el taller que dio Bert Hellinger en Ávila en 2016.
Si, Bert Hellinger, de 90 años de edad dio este taller íntegramente durante tres días, con una claridad, sabiduría y maestría espectacular.
He leído muchos de sus libros y por lo tanto una parte de él ya la conocía, pero una mucho más grande e importante que descubrí en Ávila.
Ésta es su esencia, es difícil poner nombre a una experiencia que fue esencialmente: simple, sencilla, profunda y reveladora.
Entendí lo que es el alma de una persona, su composición primordial, su vibración, lo llamaría la bondad, presencia, luz, información, verdad.
Tuve el privilegio de sentarme a su lado y lo sentí, no hay lugar a dudas, lo viví, una conciencia amplia, pura y grande. Su filosofía de vida es de servicio a la misma, transcendió el ego, hace ya mucho tiempo. Lo que hace es lo que dice, esta al servicio de la vida y de las personas.
Durante todo el taller hubo muchos aprendizajes y temas de impacto. Cada palabra, cada mirada, cada gesto, cada movimiento estaban llenos de contenido.
Quedo claro que las Constelaciones son una herramienta al servicio de la vida y que hay que tomarlas muy en serio, tratan de la vida y de la muerte.
Y que el primer movimiento, el más relevante, el que nos reconecta con la vida, es hacia la madre, hay que retomarlo desde donde se interrumpió, fuera por la causa que fuera. Al restablecerlo, la persona retoma la vida y con ello todas sus posibilidades.
Únicamente somos capaces de crear relaciones tal y como tenemos establecido el vínculo con la madre, es en esa relación primigenia donde tenemos el aprendizaje de crear vínculos, la capacidad y la profundidad. Si no logramos éste, difícilmente podremos lograr ningún otro.
Vimos una y otra vez como distintas casuísticas, que se presentaron por las personas que participaban, nos llevaban una y otra vez hacia restablecer este primer movimiento -pareja, dinero, trabajo, relaciones con los hijos…
Se vio como este primer movimiento era lento, tranquilo, desde otro lugar, entrábamos en otra dimensión, no espacio – no tiempo, solo ser o presencia.
El siguiente movimiento es el acceso al padre, que lo proporciona la madre. Y luego hacia lo que se anhele; pareja, trabajo, dinero…éste era un movimiento, más veloz, confiado, dotado de más fuerza. Así se puede crear un futuro. Con este segundo movimiento se ve a la madre feliz y alegre de ver a su hij@ feliz. La felicidad que permanece se inicia con la madre.
Sólo cuando hemos tomado a nuestra madre, exactamente como es y todo tal y como fue, haya sucedido lo que haya sucedido. Y cuando hemos tomado a nuestro padre, en la misma forma.
Y además los miramos a los dos como una unidad, sin elegir, o poner a uno por encima de otro, amando a los dos por igual, están dadas las condiciones más importantes para que nuestra vida comience a fluir.
Hay más temas sobre los que la aceptación incide, pero sin haber tomado a los padres como unidad no hay: pareja, ni abundancia, ni éxito.
Al restablecer esta relación, nuestra vida da un salto cualitativo y cuántico, entramos en un lugar de más vida, salud, plenitud, fuerza, mejora de relaciones en general, pareja, hijos, etc.
Estamos mejor en la vida, más guiados (centrados), con alegría de vivir y capacidad de disfrutar. Aumentamos nuestra confianza, intuición, visión y capacidad profesional. Nos conectamos con la vida y el mundo, la realidad, el amor. Todo unificado. Integrado.
Ejercicio – Retomar la relación con la madre
- Cierra los ojos.
- Imagina delante de ti a tu madre.
- Siente su presencia, su vibración y el latido de su corazón.
- Siente tu propia presencia y el momento en el que estás.
- Ahora vuelve a la memoria, si la hay, de cuando se produjo la interrupción.
- Y ahora mira de nuevo a tu madre, abre tu corazón y dirígete lentamente hacia ella.
- Fúndete en un abrazo con ella. Pon atención al latido de su corazón y vibra con ella, en la misma sintonía, con amor profundo.
Amor y vida son aquí lo mismo, éste amor es vida. Solo vivimos gracias a ese amor y sentimos como de pronto nuestro corazón se abre y amplía, se torna cálido, como rebosa de amor, de ese amor que proviene de mama.
Dedicado a mi madre con profundo agradecimiento.
Mercè Alsamora
www.mercelsamora.com
Este artículo ya ha sido publicado en el blog de Mercè Alsamora