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La vida en los sueños
Desde tiempo inmemorial los sueños han sido un misterio para la conciencia humana.
Desde objeto de descuido, rechazo y menosprecio en la pluma de muy diversas personalidades y contextos, hasta motivo de guía, oráculo y camino de realización, los sueños no han dejado nunca indiferente al ser humano.
No en vano decía A. Adler a principios de nuestro siglo que era esta la función y el valor de los sueños: despertar sentimientos y pasiones que influyeran sobre la vida diaria, siendo así motores de la vida consciente. Siempre han sido motivo de atención y de estudio: desde los mitos griegos y sus escuelas de misterios, a la moderna psicología de las profundidades, a quien debemos hoy una rica y fascinante posibilidad de encuentro y comprensión de nuestros sueños.
En los tiempos modernos debemos agradecer a S. Freud su osadía de investigar los sueños. Analizando los suyos propios y los de sus pacientes, Freud descubrió que eran creaciones de la mente humana que encerraban una profunda significación para la vida del sujeto; enseñó que los sueños eran una vía directa para penetrar en algunos de los más profundos misterios del alma. Freud entendió los sueños como «la vía regia para acceder al inconsciente», y a ellos dedicó un texto capital para la historia del psicoanálisis y para la comprensión del sufrimiento psíquico y el crecimiento personal. En suma, para Freud los sueños eran construcciones mentales en un lenguaje de imágenes y símbolos que escondían deseos de algún modo inaceptables para la conciencia, y que requerían ser dramatizados en forma de disfraz para hacer acto de presencia o encontrar algún modo de satisfacción al menos parcial. Para él eran por tanto un modo de actividad psíquica que disfrazaba, natural y necesariamente, contenidos internos en el mundo íntimo de la fantasía nocturna.
C.G. Jung abriría la comprensión de las profundidades psicológicas estableciendo lazos sólidos entre las creaciones oníricas individuales y las producciones mitológicas y simbólicas de las culturas en general, así como inaugurando una manera nueva de contemplar lo onírico. Con Jung la significación de los sueños alcanzaría nuevos horizontes al entender que los símbolos o imágenes oníricas revelaban los significados profundos en lugar de disfrazarlos.
Desde la época de estos grandes pioneros, la comprensión y significación de los sueños se ha desarrollado enormemente, integrando a veces y otras excluyendo de modos muy diversos las grandes aportaciones inauguradas por Freud y Jung. El enorme desarrollo del psicoanálisis freudiano, la psicología analítica de Jung, la individual de A. Adler, el psicodrama de Moreno, la psicoterapia gestáltica de F. Perls, entre otros, así como una multitud de investigadores en los diversos territorios del saber científico; unidos a la progresiva recuperación del saber antiguo y tradicional frecuentemente ligado a la mitología, la religión y la cultura del saber popular, actualmente nos regalan excelentes posibilidades de trabajo e investigación personal de enorme valor.
Hoy sabemos que nuestra vida no sufre en realidad cortes durante la noche, sino que seguimos viviéndola en un estado fisiológico y psicológico diferente: el dormir y el soñar, de modo que nuestro soñar constituye nuestro vivir durante el dormir, donde seguimos procesando, elaborando, digiriendo y proyectando, dando de este modo los sueños continuidad a nuestra vida diaria en nuestro interior. Los sueños son, pues, un modo de experiencia real pero traducido en un lenguaje diferente, durante el cual seguimos viviendo mientras dormimos. Esto sugiere que del mismo modo que necesitamos pensar sobre lo que nos ocurre, sentimos, experimentamos, disfrutamos y sufrimos durante el día, tratando así de orientar mejor nuestro vivir e ir realizando nuestros deseos y obteniendo nuestro objetivos; del mismo modo necesitamos los sueños como modo de orientarnos, comprendernos y realizarnos mejor en nuestra vida enfrentando sus dificultades, las fundamentales de las cuales y en general, se encuentran dentro de nosotros mismos, en nuestro propio mundo interno.
Dar utilidad a nuestros sueños en ese sentido no es tan sencillo, por un lado, ni tan difícil, por otro, como puede parecer. En realidad requiere, sobre todo, el deseo de acercarse a ellos y la voluntad y el tesón suficientes como para mantener una atención y un trabajo de exploración, estudio y dedicación diverso sobre los mismos, dentro de las muchas oportunidades y posibilidades técnicas que hoy conocemos para ello. En general, la guía de un proceso terapéutico en compañía de un especialista es siempre el mejor camino, el más seguro y donde menos podemos llevarnos a engaños; además del enorme conjunto de beneficios que comporta viajar en compañía hacia un mundo tan frecuentemente desconocido como el interior.
Un grupo de trabajo con sueños puede ser también un lugar de exploración y conocimiento profundos, capaz de ofrecer interesantes comprensiones y descubrimientos, a la vez que un espacio de creatividad surgido desde el profundo y apasionado movimiento del soñar. Pero en caso de no acceder a procesos de este estilo, con humildad y actitud abierta siempre podemos interesarnos por los sueños desde nuestros recursos y posibilidades individuales, aunque no sea una dedicación sencilla ni carente de resistencias internas ni sutiles engaños. Aquí puede que su interpretación no sea precisamente el elemento fundamental, ya que el recordarlos y establecer alguna forma de diálogo con ellos es el punto de partida de cualquier trabajo de mayores posibilidades.
Ahora bien, los modos en que podemos trabajar con nuestros sueños son múltiples y diversos: desde ir asociando todas las ocurrencias que nos vengan al pensamiento cuando nos detenemos en cada parte del sueño y con ello ir abriéndonos a sus revelaciones, hasta la posibilidad de dibujarlos, pintarlos o dramatizarlos de formas muy diversas; pasando por el diálogo interior representando alguno de los personajes del sueño, sean personas, animales o cosas, incorporando así las proyecciones que hemos colocado en cada elemento del sueño y, con ello, aproximarnos a tomar conciencia de posibles sentidos y significaciones posibles. Para ello es importante dejar siempre la mente abierta a la imaginación, sin anclarla en certezas. Un inmenso y rico potencial con el fin de estimular el descubrimiento, la emoción, el sentimiento, el pensamiento o la orientación que encierran o presentan los sueños.
La experiencia nos demuestra que cuando sostenemos nuestra atención sobre algún aspecto de nuestra vida y trabajamos sobre él podemos recoger frutos. Nuestros sueños también poseen esta cualidad: son potencialmente reveladores de nuestras sombras y facetas desconocidas, pero a su vez pueden ser un estímulo inspirador de originales posibilidades creativas.
Nuestro Grupo de Psicoterapia con Sueños
Un espacio de seguridad y cuidado íntimo que cultiva el recuerdo, la indagación y la profundización en el sueño, desplegando nuestro funcionamiento imaginario y simbólico inconsciente, transitando por el cuerpo, la mente profunda y la apertura a la espiritualidad.
Este trabajo explora nuestros deseos, afectos y conflictos, desarrollando la imaginación, la creatividad y el autoconocimiento a favor de la curación y el crecimiento.
Trabajamos con técnicas de escuelas y tradiciones diversas, en forma individual y grupal, como la libre asociación, la exploración conjunta, el diálogo gestáltico, el dibujo creativo, la dramatización, la visualización, la incubación, la meditación o el uso de mandalas, todo ello intensamente explorado, vivido y compartido en muy diversas modalidades de interacción y encuentro.
Octavio García
Colaborador de
Espiral – Espai Psicològic
info@psicologiaespiral.es
Web: www.psicologiaespiral.es
Blog: www.centropsicologiaespiral.blogspot.com.es
Como hemos podido ver, después de leer el artículo, los sueños pueden aportarnos mucha luz y ser una gran herramienta de auto-conocimiento. Podemos aventurarnos e investigar por nuestra cuenta o bien recurrir a profesionales como Espiral Espai Psicològic, pero dado que no es un tema frívolo y que tiene sus dificultades, sin duda consultar a un profesional es la mejor opción.
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