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¡Llegó la adolescencia!
Y de repente un día, te das cuenta de que tu hij@ ha dejado de ser el niño que te recibía con su gran sonrisa y un dibujo, y en su lugar te encuentras con un cartel de prohibido el paso en la puerta de su habitación.
Y sin saber cómo, la niña de tus ojos con la que ibas a jugar al parque un rato, se pasa las horas mirando la pantalla del móvil y no te necesita, has dejado de existir para ella.
Y claro, a ti se te ilumina una luz en el cerebro y piensas: ¡Llegó la adolescencia!.
Y tu primera reacción es la de horror y extrañeza, y te preguntas que cómo será ahora la relación con tu hij@, y puede que crezca en ti una sensación de falta de control que te haga vivir con mucha inseguridad ese período. También es probable que pases a decidir que esto son unos años que hay que pasar, que sí, que es terrible, pero pasará. Ahora bien, ¡la que nos espera!
Conviene saber que nuestro hij@ sigue necesitándonos aunque lo transmita con un lenguaje que, en principio, nos pueda parecer todo lo contrario. Para la persona adolescente también se abre una etapa de mucha inseguridad, de no saber, de comprobar que ya no es niñ@ pero tampoco adulto, etc.
Debemos entender la adolescencia como una etapa fundamental para el desarrollo de la persona y, es por ello, que también debe ser fundamental la implicación de los padres y madres del adolescente en el proceso. Las relaciones más cercanas dan forma a nuestra personalidad y, en el período adolescente, la relación con los padres y madres se hace particularmente importante.
De hecho, incluso podemos decir que el conflicto generacional no existe, puesto que en los asuntos importantes no hay grandes diferencias entre padres e hijos. No olvidemos que los padres son el espejo de los hijos y que, durante mucho tiempo, han funcionado por imitación.
Así las cosas, conocer y tener en cuenta en qué consiste la esencia adolescente puede ayudar a que la relación con la persona adolescente se convierta en un encuentro en el que todos los participantes se enriquezcan, desde el respeto mutuo y de un modo más nutritivo y positivo en el que se favorezca el estímulo para el desarrollo de las mejores cualidades de cada quién.
Búsqueda de novedades
Un rasgo fundamental de la etapa adolescente en el creciente interés por todo lo que a partir de ese momento es novedoso en sus vidas. Nuevos gustos musicales, nuevas maneras de entender el ocio, nuevas maneras de relacionarse con otras personas y con su entorno, nuevo vestuario.
Es un momento de la vida que se vive con mucho optimismo hacia el futuro, todo parece posible, nada ni nadie se interpone, y esto incluye el riesgo como elemento para continuar descubriendo sensaciones, nuevos límites físicos o de otra índole e incluso como elemento de búsqueda de recompensa, de reconocimiento ante su entorno.
Implicación social
La adolescencia es el momento de inicio de separación de los padres para descubrir que hay vida más allá de las paredes de su hogar, es decir, comienza a hacerse patente que formamos parte de un grupo más grande que el sistema familiar, la sociedad. Es por tanto, el momento de la vida en la que se toma conciencia de la realidad que tenemos alrededor y comenzamos a ejercer como seres sociales a todo nivel, pudiendo ser el inicio de implicaciones en causas políticas, sociales, etc.
Aumento de la intensidad emocional
Se trata de la etapa de la vida en la que convertir un hecho ordinario en algo extraordinario, se hace más patente. La intensidad emocional con la que se vive cada momento en la adolescencia, confiere ese entusiasmo propio de la persona adolescente por estar viv@ y por estarlo aquí y ahora.
Necesidad de experimentación creativa
El adolescente es capaz de pensar y razonar por sí mismo, de hecho comienza a necesitar crearse sus propios criterios, su propia manera de ver y entender la vida. Esta experimentación creativa de sí mism@, le llevará a la búsqueda de su propia identidad que es otro de los rasgos fundamentales de la etapa vital que nos ocupa.
Encontrar el espacio con sus pares
Y no podíamos dejar de mencionar la importancia que tiene es este momento la relación con sus iguales. En esta etapa aparecen los amig@s, las relaciones con otras personas de su edad que adquiere un valor y una presencia fundamental.
Desde nuestro punto de vista, la unión y vivencia durante la etapa adolescente de todos estos factores, ahondarán en el desarrollo de la autonomía e identidad del adolescente en su camino a convertirse en persona adulta y, para alcanzar este logro, los padres y madres deben estar presentes y activos.
Por Mirari Bolumburu
Facilitadora de Coaching del Sistema Familiar (Adolescentes)
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