Estrategias gestálticas para gestionar la ANSIEDAD
Uno de los temas estrellas que llegan a terapia es la ansiedad. La persona se siente desbordada o abrumada por sensaciones y pensamientos ansiosos que le cuesta de gestionar.
La ansiedad es una respuesta natural del organismo a una situación que percibimos amenazante, algo dañino viene hacia nosotros. Esta respuesta, sólo al ser excesiva, es problemática.
La terapia Gestalt es un enfoque muy indicado para trabajar la ansiedad, por incidir mucho en tres áreas de la persona: lo emocional, lo corporal y el pensamiento.
Es importante aprender a sentir/experimentar las sensaciones, los pensamientos y las emociones, para luego manejar estas vivencias. En este sentido necesitamos prepararnos antes con ejercicios diseñados para transitar la ansiedad, no debemos esperar a que se produzca un episodio ansioso para aplicar nuestros recursos. Si practicamos, en un estado neutro, podemos ir creando una base de serenidad que nos servirá para gestionarla durante una crisis cuando esta aparezca. Al familiarizarnos con nuestras sensaciones, emociones e ideas nos es mucho más fácil gestionarlas en nuestro día a día.
“El peso de la ansiedad es mayor que el del mal que la provoca.” Daniel Defoe.
1er. Paso – Cómo es
Se puede empezar a profundizar conociendo cómo es nuestra ansiedad, realizando el siguiente cuestionario:
¿Cuando empiezo a sentir ansiedad?
¿Me sucede solo/a?
¿Qué imágenes o pensamientos pasan por mi cabeza?
¿Cómo sé que siento ansiedad?
¿Qué partes de mi cuerpo me lo indican?
¿Si no le llamase ansiedad a este estado que nombre le pondría?
¿Cuáles son mis temores en este tipo de situaciones?
¿Cuántas veces se han cumplido?
¿Cómo se gestiona la ansiedad en mi familia?
¿Qué me ayuda cuando estoy ansioso/a?
2do. Paso – Situarla y Respirar
Una parte indispensable, para aprender a gestionar la ansiedad y superarla en determinados momentos, es: primero detectar en qué tipo de situaciones se detona, es decir dónde está se vivencia. En un segundo lugar, una vez detectadas este tipo de circunstancias -una reunión de trabajo, una entrevista, una cita amorosa, una exposición verbal,…- un ejercicio interesante es evocar una de estas situaciones que nos es ansiogena, que casi siempre vivimos con ansiedad, y respirar aquello que nos sucede en la misma, sean sensaciones, emociones, impulsos, pensamientos,…
Por ejemplo, evocar que estoy haciendo una exposición en una reunión de trabajo, respiro la tensión en mi espalda, el miedo que me nubla la cabeza, los pensamientos de no puedo respirar, van a verme que no soy tan inteligente como pensaban, el impulso de irme, el mareo, etc… Al respirar lo que vivencio también me doy cuenta de cómo los momentos se suceden y como retomo un estado de cierta neutralidad. Respirar me facilita caminar en el bosque oscuro.
3er. Paso – Mi dialogo interno
Otra cuestión interesante, es reconocer que me digo en una situación ansiosa, qué pensamientos me digo en una determinada situación, y contrarrestarlos con otros argumentos para neutralizar sus efectos:
“soy una estafa” por “estoy aprendiendo”
“me voy a desmayar” por “en breve quizás esté mejor”
“porque me metí en esta historia” por “fue mi decisión”
Se trata de poner agua en el café para que no queme tanto.
4to. Paso – Encontrar mi ancla corporal
Por último, también ayuda encontrar un ancla en mitad de la tempestad, que gesto, qué pequeño movimiento, que acción, me permite transitar por la ansiedad, sin ser arrastrado por sus olas, por ejemplo: juntar las manos, reapoyarme en mi asiento, caminar un poco, beber un poco de agua,…
Es importante salir de la parálisis y usar nuestro cuerpo como un recurso sanador.
La ansiedad, en todas sus formas, no deja de ser un estado de excitación que pide detenerse mínimamente para bajar nuestro estado de activación. Nos pide un stop.
Fritz Perls, fundador de la terapia Gestalt, la consideraba: excitación menos oxigenación. Señalizando así su carácter somático, es decir, como una vivencia corporal que pide ser gestionada con una mayor conciencia de respiración. La conciencia de sí es favorecida por una mayor conciencia corporal y emocional, dos de los ejes de la terapia Gestalt en su formato individual y grupal.
Se trata de familiarizarse con lo que nos es desagradable, para poder gestionarlo de un modo más ecológico. A veces no puedes matar el toro pero sí torearlo.
Jordi Gil
Co-Director Gestalt Salut
www.gestaltsalut.com
Para el diseño de ejercicios acordes a las necesidades individuales, el espacio más indicado es un proceso de terapia individual, por ello te invitamos a que visites Gestalt Salut, la primera consulta es gratuita. MÁS INFORMACIÓN AQUÍ
Otra opción es participar en un grupo de gestión emocional, MÁS INFORMACIÓN AQUÍ
La terapia Gestalt es un enfoque muy indicado para gestionar la ansiedad, por incidir mucho en tres áreas de la persona: lo emocional, lo corporal y el pensamiento.
Uno de los temas estrellas que llegan a terapia es la ansiedad
La persna se siente desbordada o abrumada por sensaciones y pensamientos ansiosos que le cuesta de gestionar.
La ansiedad es una respuesta natural del organismo a una situación que percibimos amenazante, algo dañino viene hacia nosotros. Esta respuesta, sólo al ser excesiva, es problemática.
Es importante aprender a sentir/experimentar las sensaciones, los pensamientos y las emociones, para luego manejar estas vivencias. En este sentido necesitamos prepararnos antes con ejercicios diseñados para transitar la ansiedad, no debemos esperar a que se produzca un episodio ansioso para aplicar nuestros recursos.
Si practicamos, en un estado neutro, podemos ir creando una base de serenidad que nos servirá para gestionarla durante una crisis cuando esta aparezca. Al familiarizarnos con nuestras sensaciones, emociones e ideas nos es mucho más fácil gestionarlas en nuestro día a día.
“El peso de la ansiedad es mayor que el del mal que la provoca.” Daniel Defoe.
1er. Paso – Cómo es
Se puede empezar a profundizar conociendo cómo es nuestra ansiedad, realizando el siguiente cuestionario:
¿Cuando empiezo a sentir ansiedad?
¿Me sucede solo/a?
¿Qué imágenes o pensamientos pasan por mi cabeza?
¿Cómo sé que siento ansiedad?
¿Qué partes de mi cuerpo me lo indican?
¿Si no le llamase ansiedad a este estado que nombre le pondría?
¿Cuáles son mis temores en este tipo de situaciones?
¿Cuántas veces se han cumplido?
¿Cómo se gestiona la ansiedad en mi familia?
¿Qué me ayuda cuando estoy ansioso/a?
2do. Paso – Situarla y respirar
Una parte indispensable, para aprender a gestionar la ansiedad y superarla en determinados momentos, es: primero detectar en qué tipo de situaciones se detona, es decir dónde está se vivencia.
En un segundo lugar, una vez detectadas este tipo de circunstancias -una reunión de trabajo, una entrevista, una cita amorosa, una exposición verbal,…- un ejercicio interesante es evocar una de estas situaciones que nos es ansiogena, que casi siempre vivimos con ansiedad, y respirar aquello que nos sucede en la misma, sean sensaciones, emociones, impulsos, pensamientos,…
Por ejemplo, evocar que estoy haciendo una exposición en una reunión de trabajo, respiro la tensión en mi espalda, el miedo que me nubla la cabeza, los pensamientos de no puedo respirar, van a verme que no soy tan inteligente como pensaban, el impulso de irme, el mareo, etc…
Al respirar lo que vivencio también me doy cuenta de cómo los momentos se suceden y como retomo un estado de cierta neutralidad. Respirar me facilita caminar en el bosque oscuro.
3er. Paso – Mi dialogo interno
Otra cuestión interesante, es reconocer que me digo en una situación ansiosa, qué pensamientos me digo en una determinada situación, y contrarrestarlos con otros argumentos para neutralizar sus efectos:
“soy una estafa” por “estoy aprendiendo”
“me voy a desmayar” por “en breve quizás esté mejor”
“porque me metí en esta historia” por “fue mi decisión”
Se trata de poner agua en el café para que no queme tanto.
4to. Paso – Encontrar mi ancla corporal
Por último, también ayuda encontrar un ancla en mitad de la tempestad, que gesto, qué pequeño movimiento, que acción, me permite transitar por la ansiedad, sin ser arrastrado por sus olas, por ejemplo: juntar las manos, reapoyarme en mi asiento, caminar un poco, beber un poco de agua,…
Es importante salir de la parálisis y usar nuestro cuerpo como un recurso sanador.
La ansiedad, en todas sus formas, no deja de ser un estado de excitación que pide detenerse mínimamente para bajar nuestro estado de activación. Nos pide un stop.
Fritz Perls, fundador de la terapia Gestalt, la consideraba: excitación menos oxigenación. Señalizando así su carácter somático, es decir, como una vivencia corporal que pide ser gestionada con una mayor conciencia de respiración.
La conciencia de sí es favorecida por una mayor conciencia corporal y emocional, dos de los ejes de la terapia Gestalt en su formato individual y grupal.
Se trata de familiarizarse con lo que nos es desagradable, para poder gestionarlo de un modo más ecológico. A veces no puedes matar el toro pero sí torearlo.