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Ecología en grandes superficies, mero objeto de consumo
Cada vez encontramos más productos ecológicos en las grandes superficies, ¿Te gusta o te disgusta?
Las grandes superficies han visto el gran nicho de mercado con los productos ecológicos, por ello, cada vez más, podemos encontrar estos productos en sus tiendas.
¿Tal vez el sector ecológico ha perdido el control?
Ahora le toca al consumidor elegir entre calidad-precio, el camino fácil, o elegir los productos ecológicos que cumplen con los parámetros de la Cultura Ecológica: como aspecto ambiental, salarios justos, distribución sostenible, proximidad, de temporada… Este es el camino menos fácil.
Conozcamos la opinión, sobre la ecología en grandes superficies, de Roger Prat, propietario e impulsor del supermercado ecológico FemCadena en Tàrrega. Su proyecto nació hace 10 años con unos objetivos muy concretos y bajo los parámetros más puros de la Cultura Ecológica.
¿Hay ventajas en la oferta de productos eco en las grandes superficies?
Pienso que a priori, cualquier nuevo canal o punto que facilite el acceso a productos ecológicos es beneficioso, en términos de normalización de estos artículos, pues ayuda a que la gente lo vea no sólo como una alimentación exclusiva de unos cuantos.
¿Que implica este hecho?
En contrapartida, en una gran superficie, entiendo que difícilmente el cliente encontrará la información necesaria sobre el alimento que compra: desde información básica (origen, tipo de cultivo, beneficios, etc), como de recomendaciones.
Para mi es importante el enfoque más amplio, cuando entiendo esta alimentación como una manera de volver al sentido común en términos de estacionalidad de los alimentos (temporadas), consumo responsable, una cadena de producción y distribución justa con salarios equitativos, respetuosa con el planeta y salud.
Difícilmente la alimentación ecológica será un motor de cambio en este sentido, si se hace de la mano de quienes han creado el modelo neo-liberal actual.
En segundo lugar, quizás el más evidente es que esto también ha supuesto una industrialización del producto ecológico, para conseguir grandes volúmenes a un bajo precio para la gran distribución.
Esto hace que, en este canal, el producto tenga como único objetivo conseguir la certificación pertinente para venderlo como ecológico, obteniendo el máximo margen de beneficio; Así, el alimento cae en una mercantilización igual que la del producto convencional.
Al hilo de este tema, os dejamos un enlace al artículo publicado en VidaSana el 29 de enero MARCAS BLANCAS “BIO”, describe perfectamente lo que está comentado Roger.
¿Un producto puede ser más o menos ecológico?
Pues sí. De hecho, ha sido una de las propuestas de algunos productores, crear diferentes niveles de certificación según la calidad. Es decir, ecológicos de primera, segunda o tercera. Personalmente, no veo que sea el camino.
No soy un gran amante de las certificaciones, pues a quienes más ayudan son a los que necesitan un aval para que la gente confié en ellos: tanto productores como distribuidores.
En la tienda, en los últimos años, hemos detectado 2 tipo de productores: los que vienen con la certificación en la mano y una agresiva estrategia de venta, o por el contrario el que viene con un proyecto vital de vida, una ilusión que da como resultado un alimento en mayúsculas. Nosotros personalmente apostamos por los segundos; y si al final no tienen certificación, pues también.
¿Cómo sería un producto eco de tercera?
El ejemplo más claro, últimamente, de los diferentes niveles de ecológico es el caso del pollo. Cómo en otros sectores, el avícola ha visto como entraban nuevos productores certificados, muchos de ellos grandes industrias que ya operaban en el sector convencional y que han visto un nuevo segmento de mercado interesante.
Estos han reventado precios, pero lo han hecho a costa de conseguir un pollo de una calidad menor debido a que producen persiguiendo sólo el beneficio económico: matando al límite de días, con alimentación ecológica de baja calidad (importada de China), al límite de la norma en cuando a metros y libertad de los animales, etc.
¿Cuál es la filosofía del FemCadena?
Seguimos con el mismo sueño que en febrero de 2008, trabajar por un sistema basado en una agricultura ecológica transparente, de calidad y donde se den relaciones comerciales justas para todo el mundo.
Proponiendo un modelo de consumo de calidad ampliada: por la salud, de sabor, medioambiental, social y solidaria. Por eso hacemos una selección cuidadosa de productores y elaboradores, lo más directo posible, sin intermediarios, siempre que esto sea posible.
Por este motivo en FemCadena trabajamos con casi 200 proveedores, que cumplen como mínimo uno de estos requisitos: producción ecológica, comercio justo, ser una empresa social o de artesanía alimentaría, o hacer cosmética natural o ecológica.
Esperamos que esta interesante información, que nos ha aportado Roger Prat, te ayude a elegir qué camino prefieres recorrer, hablando del consumo de productos ecológicos.
¿Qué prefieres, el camino fácil o el ecológico-responsable?
www.femcadena.com
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