Cuando todo va bien, ni nos enteramos de su existencia, pero si se presenta algún problema, lamentaremos no haberlo protegido. En España existen muchos enfermos de patologías pancreáticas y cada año siguen aumentando. La mejor opción es la prevención, ¡cuida tu páncreas!

Anatomía y funciones del páncreas

Es un pequeño órgano alargado de poco más de 100 gramos de peso, situado en la cavidad abdominal, que resulta muy poco conocido a pesar de su importancia vital.

Presenta dos relevantes funciones, una exocrina (relacionada con el proceso digestivo) y otra endocrina (asociada a la regulación de los niveles de azúcar en la sangre).

Segrega varias enzimas, principalmente amilasa y lipasa, a través de las que descompone las grasas y proteínas presentes en los alimentos para que puedan ser correctamente absorbidas por el intestino.

Además, produce insulina (en los llamados “islotes de Langerhans”) y mantiene en niveles adecuados la concentración de azúcar en la sangre.

Algunos problemas asociados

Cuando el páncreas funciona incorrectamente se genera una baja absorción de nutrientes, presentándose déficits nutricionales al ser insuficiente la cantidad absorbida para realizar las funciones vitales.

Esta situación se relaciona con un mayor riesgo de mortalidad por problemas asociados a los diferentes órganos que se ven afectados.

La pancreatitis

Es la enfermedad más conocida y se caracteriza por la inflamación aguda (reversible) o crónica (irreversible) del páncreas.

La primera presenta síntomas claros, como es un dolor fuerte en la boca del estómago, detectándose a través de un simple análisis de sangre en el que las enzimas pancreáticas están elevadas.

La crónica, de desarrollo más lento, no se percibe con tanta claridad, lo que va retrasando el diagnóstico.

Entre las complicaciones asociadas a las pancreatitis se incluyen la malnutrición y la formación de quistes. En la crónica se producen, además, insuficiencia pancreática, insuficiencia endocrina, osteoporosis, infecciones, diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc. que complican la salud del paciente y empeoran el pronóstico.

Las pancreatitis suelen estar relacionadas con la existencia de cálculos biliares y el consumo de tabaco y alcohol (compuestos tóxicos para el páncreas).

Resulta esencial evitar su consumo porque no existe una dosis mínima o máxima que afecte al páncreas. Los estudios indican que hay personas más propensas a su efecto, por lo que una pequeña cantidad ya les afecta enormemente. Lo mejor es eliminarlos.

En España se diagnostican anualmente unos 30.000 casos de patologías de páncreas, siendo la más frecuente la pancreatitis aguda seguida de la crónica.

Su pronóstico empeora cuando no son diagnosticadas a tiempo, por lo que es fundamental acudir al médico, debiendo estar alerta ante síntomas como un dolor de estómago que no se cura con el tratamiento farmacológico habitual, alteraciones digestivas, hinchazón abdominal, pérdida de peso, diarreas frecuentes, etc.

Medidas preventivas para cuidar tu páncreas

Las recomendaciones generales pasan por modificar tu estilo de vida y mejorar tu dieta. En relación con tus hábitos, debes evitar el sedentarismo y hacer ejercicio físico moderado habitualmente.

Es necesario moverse y ser dinámico.

Caminar, bailar o nadar pueden ser soluciones idóneas para empezar a activarte si eres una persona sedentaria.

El papel de la vitamina D

A nivel nutricional, es aconsejable una alimentación rica en frutas y verduras, con pocas proteínas y grasas animales y alta proporción de vitamina D para proteger el buen funcionamiento del páncreas.

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Puedes proveerte de esta vitamina a través de fuentes alternativas, a los lácteos, como consumir pescados (salmón y caballa) o mariscos (ostras y langostinos). Lo mejor es consumirlos frescos pero cualquier alternativa es aceptable.

Las ventajas de la luz del sol

La luz del sol es una fuente directa de vitamina D que resulta asequible para todos. Solo precisamos salir al exterior y permitir su contacto con nuestra piel. Para aumentar su efectividad es recomendable que llegue a la mayor superficie corporal posible.

Aprovecha cualquier momento para pasear y disfrutar del sol a diario. Eso nos gusta a todos y resulta muy sencillo hacerlo.

La dieta antioxidante siempre saludable

Debes incluir también alimentos antioxidantes en la dieta, pues se encargan de eliminar los radicales libres presentes en el organismo, resultando imprescindibles para facilitar la función pancreática. Puedes encontrarlos en frutas, verduras, aceite de oliva, té verde y frutos secos.

Sería recomendable consumir: aguacates, brécol, cítricos, nueces y espinacas, por ejemplo.

Una receta sencilla para cuidar tu páncreas

Elige un aguacate en su punto de sazón.

1. Pélalo y córtalo a la mitad.
2. Disponlo abierto en sus dos mitades sobre un plato y añade unas gotas de limón.
3. Rellénalo con gambas cocidas y peladas, un tomate troceado y nueces.
4. Alíñalo con aceite de oliva virgen, limón y albahaca.

Carmen Reija
Farmacéutica, Óptica y Tecnóloga de alimentos.
misconsejosparatusalud.blogspot.com