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Consejos para una higiene perfecta de tu bebé
Puede parecer obvio en muchas ocasiones pero, sobre todo con el primero, aparecen muchas dudas, por ello espero que estos consejos sobre higiene del bebé sean de ayuda.
Cuando nos planteamos tener un hijo lo hacemos con cariño, ilusión y sobre todo muchas ganas. Durante el embarazo nos mentalizamos para una “nueva vida” como padres, escuchando lo que otras parejas cuentan sobre los cambios que han sufrido con la llegada del bebé. Pero nadie nos prepara para lo que viene.
Cuando estamos con él en casa empiezan las preocupaciones. Son cosas normales que les suceden a todos los niños, pero a cada progenitor le desbordan.
No sabemos cómo actuar y creemos que estamos cometiendo errores que pueden afectar a la salud de nuestros hijos.
La importante higiene del bebé
Una preocupación que se repite constantemente es la relacionada con su higiene. Y acertamos al pensar en ello porque es fundamental.
Inicialmente debe limpiarse cada zona de manera independiente con una esponja o toallitas de bebé (de un único uso o lavables y reutilizables).
El primer baño completo
Se recomienda realizarlo tras la caída del cordón umbilical, en agua templada y con jabones suaves (especiales para bebés). El uso de la esponja es electivo pero no imprescindible; puedes usar tus manos para mantener el contacto de manera continuada piel con piel.
¿Les gusta a todos los niños el baño?
En general, los bebés disfrutan del momento pero no todos funcionan igual. Si tu hijo es de los que “no lo pasa bien”, no te preocupes porque, si lo vas acostumbrando al sonido del agua, le cantas, le abrazas y le transmites seguridad, acabará deseando que llegue el momento.
Los siguientes y “divertidos” baños
Las pautas son las mismas que las seguidas en su primer baño.
No le pierdas de vista mientras esté en el agua, pues es uno de los momentos más peligrosos: puede resbalar y tragar agua.
Hay que secarle todos los pliegues para evitar que la humedad dañe su piel.
¿Cuál es la frecuencia del baño?
No es necesario hacerlo todos los días, pero sí hay que conseguir que el bebé esté limpio. Los expertos señalan que no es conveniente abusar del baño, siendo la mejor hora por la noche, antes de la última toma para relajarlo y que descanse mejor.
Más aspectos de la higiene del bebé
¿Debes peinarlo?
Sí. Puedes peinarlo y usar colonia pero con cuidado y utilizando los productos indicados para su edad, que contienen ningún alcohol y con aromas muy suaves que resulten agradables.
Oídos protegidos
Mucho cuidado con sus oídos. No debe entrarles agua porque podría causarles molestias. Olvidaos de limpiar su interior con un bastoncillo; éste puede utilizarse en la oreja, externamente, pero nunca introducirse en el conducto auditivo.
Uñas perfectas
Cortarle las uñas resultará una aventura las primeras veces. No hay que preocuparse.
Deben usarse unas tijeritas adecuadas, de punta roma y pequeño tamaño, evitando dejarle picos que puedan producir arañazos al acercar sus manitas a la cara.
Cambio de pañal
Los cambios de pañal deben ser constantes, que no permanezca sucio o mojado durante mucho tiempo para evitar problemas en la piel por la acidez de las deposiciones.
Limpia bien la zona con toallitas de bebé (en las niñas de delante hacia atrás) y no escatimes en la calidad de pañales y toallitas, porque habría que gastarlo en cremas para los problemas cutáneos.
Elige el adecuado para su edad y características de la piel.
Dermatitis del pañal
La dermatitis del pañal es más frecuente de lo que puedas pensar y aparece, normalmente, en los primeros días.
Se recomienda mantener la zona al aire el mayor tiempo posible y aplicar las cremas adecuadas ya sean naturales o elaboradas.
No es recomendable el talco porque reseca demasiado la zona y puede generar más alteraciones (salvo indicación del médico en sentido contrario), sino las cremas y lociones aconsejadas por el especialista.
Erupciones localizadas
Cualquier erupción que percibas en tu bebé debe ser consultada al pediatra. Son frecuentes en la zona oral (boca y labios) debido al roce del chupete o a la propia saliva del bebé.
No suelen suponer ningún trastorno importante, pero es mejor que sea el pediatra quien indique las pautas adecuadas para su tratamiento.
Estos “problemas” son los que las estadísticas demuestran que más suelen preocupar a los padres primerizos. Tomadlo con calma y consultad todas vuestras dudas para obtener una mayor tranquilidad.
Carmen Reija
Farmacéutica,
Óptica y Tecnóloga de alimentos.
consejosdesaludintegral.com