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Bioconstrucción y claves de una casa sana
La bioconstrucción es la respuesta a una nueva manera de construir y de vivir, es la clave de una casa sana.
Pasamos más del 80% de nuestro tiempo en espacios cerrados, y la calidad del ambiente interior tiene una incidencia muy importante en nuestra salud.
La arquitectura y el interiorismo no deben responder únicamente a necesidades estéticas y económicas, sino que principalmente deben garantizar la salud de sus habitantes.
Hoy en día se encuentran multitud de edificios enfermos (no que los edificios tengan patologías constructivas, sino que enferman a quienes los habitan), que generan problemas de salud atribuibles a causas medioambientales estrechamente relacionadas con los materiales de construcción y la deficiente calidad del aire de los espacios interiores.
La bioconstrucción claves de una casa sana
Es la respuesta a una nueva manera de construir y de vivir. Estudia las relaciones integrales del ser humano con su entorno edificado, obteniendo una relación equilibrada entre las fuentes naturales y el artificio de construir.
Mediante el conocimiento de las necesidades naturales del hombre, genera hábitats saludables y dignos, tanto para el hombre como para el curso de la naturaleza.
La bioconstrucción no investiga exclusivamente en la evolución técnica y el supuesto bienestar del usuario (realidad actual) sino que analiza todo el proceso constructivo desde un punto de vista holístico, considerando aspectos ecológicos, psicológicos, sociales, materiales y energéticos.
Para ordenar todas estas especialidades, se puede estructurar el análisis de la bioconstrucción en cuatro grandes apartados:
- biológicos
- físicos
- químicos
- energéticos
El problema de casi todos ellos es que son invisibles, inaudibles e inodoros; es decir, no somos conscientes de su existencia porque en muchas ocasiones son difíciles de percibir por nuestros sentidos y no somos conscientes de cuánto nos afectan.
Factores biológicos
Los factores biológicos son los hongos, levaduras, bacterias, ácaros, alérgenos y parásitos domésticos.
Las vías de exposición de nuestro cuerpo con estos factores son por contacto a través de la epidermis, la inhalación por el sistema respiratorio y la ingestión por el sistema digestivo.
Una des-regulación de estos factores puede afectar el sistema respiratorio, digestivo e inmunológico.
Para tratar estos factores se debe regular correctamente la humedad interior (entre el 40% y el 60%), realizando una ventilación adecuada (mínimo 10 minutos al día) y utilizando materiales transpirables e higroscópicos, así como evitar condensaciones en los diseños constructivos.
Factores físicos
Los factores físicos o radiaciones pueden ser de varias clases: ionizantes (como la radiactividad), no ionizantes, en los que encontramos las radiaciones naturales y artificiales de baja y alta frecuencia, la iluminación o la acústica.
La radiactividad o los cambios del campo magnético terrestre producen respuestas en nuestro organismo.
Un estudio geobiológico así como un análisis de campos electromagnéticos de alta y baja frecuencia es imprescindible de realizar previo a una redistribución del espacio para ubicar los lugares de alta permanencia fuera de lugares alterados.
También se deben seguir unos consejos en la ejecución de la instalación eléctrica, como la adecuada instalación de una correcta toma de tierra, buena distribución de aparatos eléctricos alejados de las zonas de alta permanencia, ejecución de una instalación eléctrica que no genere campos residuales…
La iluminación es un factor importantísimo en la salud.
La luz solar, además de iluminarnos y proporcionarnos calor, controla nuestro reloj biológico interno.
Su temperatura de color varía durante el día y de esta manera nuestro cuerpo entiende si es de día, y por tanto debe activarse, o si en cambio debe prepararse para el descanso.
Cuando vivimos en espacios interiores con luz artificial, si ésta no está bien regulada, puede alterar nuestro reloj interno.
Por lo tanto, es ideal realizar un buen estudio lumínico bajo los criterios de la cronobiología.
Otro factor físico es la acústica.
Este lo solemos tener más presente porque cuando existen ruidos muy elevados a nuestro alrededor podemos llegar a sentirnos molestos, pero en cambio muchas veces estamos sometidos a ruidos de fondo que integramos mejor o peor, pero que pueden llegar a alterar nuestro sistema nervioso incluso de manera inconsciente.
Por lo tanto, garantizar un correcto nivel acústico en los lugares de alta permanencia es esencial para conseguir un buen estado de salud.
Factores químicos
En la bioconstrución y casa sana, de manera general consideramos como factores químicos los COVs -Compuestos orgánicos volátiles-, los COPS –Compuestos orgánicos difícilmente volátiles o persistentes- y las fibras y partículas.
Algunos de ellos se van prohibiendo o sustituyendo, pero todavía están muy presentes en los materiales de construcción convencionales y pueden provocar afectaciones al sistema nervioso, degeneración celular, irritaciones…
Cualquiera de estos compuestos no debería estar presente en los espacios interiores.
La recomendación es leer muy bien las fichas técnicas de los materiales e ir a los valores límite más bajo posibles.
Factores energéticos
Finalmente, existen los factores menos palpables de todos.
Los hilos energéticos que establecemos con la materia que nos rodea, las sensaciones que nos provoca nuestro hogar o nuestro lugar de trabajo, el contacto con la naturaleza o vegetación, los colores que acompañan nuestro entorno, el olor… en general, la percepción psicológica del ambiente que nos rodea también influirá en nuestra salud.
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Así que es también muy importante generar un entorno equilibrado, una casa sana que se corresponda con un estado anímico interno positivo.
Sonia Hdez-Montaño Bou
Arquitecta, máster en bioconstrucción
por el IBN-IEB y consultora
de feng shui tradicional por EFSN
www.arquitecturasana.com