El agua es el principal e imprescindible componente de los seres vivos. Es igual de imprescindible que el aire.

De hecho, se puede vivir meses sin alimento, pero el ser humano no puede estar sin beber más de cinco o seis días, sin poner en peligro su vida.

Cuando nacemos el cuerpo tiene un 75 % de agua, y a medida que vamos creciendo llegamos a tener cerca del 60 %, en la edad adulta. 

Aproximadamente el 60 % de este agua se encuentra en el interior de las células (esta agua se llama, agua intracelular). El resto, el agua extracelular, circula por la sangre y baña los tejidos.

Imprescindible para el organismo

En el agua de nuestro cuerpo tienen lugar las reacciones que nos permiten estar vivos, por ello si perdemos agua perdemos energía, y se produce un trastorno en el organismo.

Esto se debe a que las enzimas necesitan de un medio acuoso, para que su estructura adopte una forma activa. Por ello, es importante que las pérdidas que se producen por la orina, las heces, el sudor, y a través de los pulmones o de la piel, las recuperes mediante el agua que bebes y también a la contenida en bebidas y alimentos sanos.

Es necesario que tomes una cantidad suficiente de agua cada día,  para el correcto funcionamiento de los procesos de asimilación y, sobre todo, para los de eliminación de residuos del metabolismo celular.

Necesitamos unos tres litros de agua al día como mínimo, de los que la mitad, aproximadamente, los obtenemos de los alimentos y la otra mitad debemos conseguirlos bebiendo.

Desempeña importantes funciones:

• Es el medio en el cual se diluyen los líquidos corporales (sangre, secreciones digestivas, orina, etc.)
• Transporta los nutrientes a las células así como de los productos de desecho.
• Facilita la digestión, al diluir los nutrientes de los alimentos.
• Regula la temperatura corporal.
• Lubrica nuestras articulaciones.
• Mejora el funcionamiento de los riñones.
• Contribuye de forma decisiva a dar estructura y forma al cuerpo, y además, mantiene la piel tersa y joven.​

Ya ves la importancia que tiene hidratarte bien, y más en las épocas estivales. Una idea para los calores del verano, y para que no caigas en la tentación de beber bebidas azucaradas y carbonadas, es preparar agua aromatizada.

AGUA AROMATIZADA

Prepararla es muy fácil y verás que es una solución muy rápida. Lo único que necesitas es un recipiente limpio de cristal, agua de buena calidad, mineral o filtrada, verdura o fruta fresca, hierba aromática y especias.

Una vez preparada deberás dejarla reposar mínimo 2 horas, para que el agua coja sabor, aunque yo te recomiendo que la prepares de un día para otro. El agua aromatizada puedes conservarla hasta 5 días.

Puedes hacer diferentes combinaciones para cada ocasión, e incluso para buscar distintos resultados, como por ejemplo, una de mis favoritas es de sandía y albahaca, que es muy refrescante y remineralizante.

Otras que puedes probar es:

• Limón, lima, menta y pepino, (détox)
• Piña y jengibre, anti inflamatoria.
• Manzana y canela, dulce y refrescante.

Yo en verano siempre procuro tener una jarra de cristal preparada en la nevera con diferentes sabores, porque es una gran idea cuando tienes invitados sacarla a la mesa, porque la llena de color, ya que es una fuente muy decorativa además de refrescante y sorprendes a tus invitados.

Consejo:

Si consumimos agua en gran cantidad durante o después de las comidas, disminuimos el grado de acidez en el estómago al diluir los jugos gástricos. 

Esto puede provocar que las enzimas, que requieren un determinado grado de acidez para actuar, queden inactivas y la digestión se ralentice.

Las enzimas que no dejan de actuar por el descenso de la acidez, pierden eficacia al quedar diluidos. Si las bebidas que tomamos con las comidas están frías, la temperatura del estómago disminuye y la digestión se ralentiza aún más.

Como norma general, debemos beber en los intervalos entre comidas, entre dos horas después de comer y media hora antes de la siguiente comida.

Está especialmente recomendado beber uno o dos vasos de agua nada más levantarse. Así conseguimos una mejor hidratación y activamos los mecanismos de limpieza del organismo.

Agua de pomelo rosa y romero

Ingredientes:

• Medio pomelo
• Una rama de romero fresca
• Un jarra de cristal, con agua filtrada o mineral.

Trocear en rodajas el pomelo e introducirlo dentro de la jarra. Añade la rama de romero y llenamos de agua.
Reposar en la nevera un mínimo de dos horas.

Si quieres endulzarla un poquito puedes añadirle unas hojitas de estevia o unas piezas de fruta más dulces a tu gusto, así evitamos poner azúcar.

Este agua, además de ser muy decorativa, tiene propiedades alcalinizantes y antiinflamatorias, es rica en vitamina C, con lo que nos ayuda en la absorción del hierro.

Gracias a sus propiedades antioxidantes protege a las células del envejecimiento y promueve la actividad enzimática del cuerpo.

Espero que te gusten estas ideas saludables y que las disfrutes. En el restaurante Miobio ¡¡tienen mucho éxito!!

Emanuela Gornati
Healthy Coach & Vegan Chef
www.emanuelagornati.es

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