Cuando lees “Liderazgo Femenino” ¿Qué te sugiere? ¿Con qué lo relacionas? ¿Qué emociones se te despiertan?

Desde que en el 2009 empecé a gestar lo que hoy es un Programa consolidado de coaching corporal para mujeres, llamado Liderazgo Femenino, voy llevando estas preguntas a muchos grupos de mujeres y conversando regularmente con diferentes personas acerca de ¿Qué es el “Liderazgo Femenino”? Hoy me gustaría hacerlo contigo.

Durante este tiempo he escuchado muchas versiones distintas, incluso personas que dicen que se trata de un término que une dos conceptos opuestos e incluso contradictorios, lo que hace que no quede claro su significado.

Reconociendo todas las posibles interpretaciones de esta expresión, en este artículo quiero ofrecer la mía, la que está guiando gran parte del trabajo que estoy haciendo durante estos últimos años.

Por “Liderazgo”

Entiendo el arte de ejercer nuestro poder intrínseco o genuino con consciencia, al servicio del bienestar propio, de un equipo, de la organización y/o de los sistemas a los que pertenecemos.

Observando el “poder” como el abundante espacio de posibilidades del que disponemos para actuar.

En este sentido, todas las personas, sin excepción, tienen dentro de sí la semilla del liderazgo, y está en manos de cada una, el regarla y cuidarla para hacerla crecer o bien dejarla secar, morir o pudrir sin que llegue a ver la luz o a desarrollarse en su máximo esplendor.

En relación con el término “Femenino”

Contemplo dos acepciones. Por un lado, como sinónimo de mujer y de todo lo que ella representa. Y por otro lado, como sinónimo del principio original que habita en todos los seres vivos, y por tanto también en hombres y mujeres, como polaridad del principio masculino.

En esta segunda acepción, lo femenino hace referencia a lo interno, lo profundo, lo oscuro, lo oculto, el misterio, la noche, la luna,… a la matriz, a la fuerza receptiva que vive en nosotros, que se entrega, se abre, acoge, abraza, espera paciente, gesta,… y que está orientada a la relación, que une, integra, teje redes, intuye, ama,…

Es el corazón, es la tierra que sostiene y que permite que lo que está siendo, sea y, a la vez, es la belleza y la inmensidad del océano, de todo el mundo emocional y de la vulnerabilidad.

A partir de aquí, habiendo visto que el liderazgo es una práctica, un principio relacionado con la acción y, por lo tanto, masculino, podemos empezar a intuir que cuando hablo de  “Liderazgo Femenino”, me refiero a la integración de estos dos principios, el masculino y el femenino.

Efectivamente. Cuando lo miro en la mujer, el Liderazgo Femenino lo contemplo como la manifestación en el mundo de la integración de lo masculino y femenino en nosotras, con independencia del lugar que estemos ocupando en la familia, en la organización donde trabajamos o en el entorno social o comunidad en la que vivimos.

Y cuando el Liderazgo Femenino se refiere al hombre, lo contemplo como el arte de poner en movimiento todo el potencial de posibilidades que le proporciona el principio femenino en él.

Por eso tanto el líder como la líder son artistas, creadores, agentes de transformación, gracias a la integración de lo masculino y femenino en ellos.

Centrándonos ahora en la mujer, la líder es aquella mujer que ejerce su liderazgo femenino, que valora las diferencias entre lo masculino y lo femenino (dentro y fuera de ella) y que se enriquece con ellas.

La líder es la mujer que, consciente y responsablemente, emprende el camino de la aprendiz, para liberarse de los condicionamientos e influencia de tantos siglos de patriarcado recuperando, así, la profunda confianza en sí misma perdida u olvidada, y vitalizando el recuerdo de quién en esencia es,… en un viaje de aprendizaje transformacional que integra todos los niveles de su ser: corporal, emocional, mental y espiritual.

¿A qué me refiero con “patriarcado”?

Aunque todos creemos saber a qué nos referimos cuando hablamos de patriarcado, me gustaría compartir una sencilla y lúcida definición que leí hace muy poco en la introducción del libro “El sexo oculto del Dinero” de Clara Coria. Dice así:

“Se llama patriarcado a un modelo de vínculo entre los géneros, que se caracteriza por concebir las diferencias entre ellos en términos jerárquicos. Es decir, se da por sentado que existe una escala jerárquica, a la que se considera de origen natural, en cuyo escalón superior se instala a los varones de la especie. Es una manera de clasificar a los seres humanos en superiores e inferiores.

Dentro de este modelo la paridad no tiene lugar y por lo tanto, tampoco la solidaridad. Es un modelo de poder que hemos mamado tanto las mujeres como los varones porque ambos estamos dentro de la cultura patriarcal. He podido comprobar que aquellos hombres y mujeres que se animan a revisar el modelo llegan a estar en mejores condiciones para construir un entramado de vínculos con mejor calidad de vida.

Ambos dejan de confundirse y las mujeres ya no necesitan “invertir la jerarquía” para sentirse libres, así como tampoco los varones necesitan reafirmar permanentemente su virilidad”.

Así pues, para ir cerrando, la pregunta que a día de hoy todavía me ronda es…

¿Cómo podemos acercar esta visión del liderazgo femenino a todas las mujeres, de cualquier edad, cultura, procedencia, formación, profesión y también economía,… para que juntas recordemos que esta poderosa fuerza natural vive dentro de todas nosotras, sin excepción?

De momento mi respuesta sigue siendo la siguiente:

• continuando el trabajo de despertar y sostener el Liderazgo Femenino en mí,
• y, simultáneamente, acompañando a mujeres que resuenan con esta propuesta, a iniciar y afianzar sus procesos transformacionales, en los que aprendemos todas.

Así, desde la resonancia y expansión por las redes invisibles que nos unen, tarde o temprano la energía del liderazgo femenino irá llegando a todas y cada una de las mujeres del planeta.

Y en el camino, en cada uno de los nódulos de esta infinita red universal, nos iremos encontrando todas aquellas mujeres que, desde distintos planteamientos y con propuestas diferentes, estamos comprometidas y trabajando por lo mismo: por la paz en el mundo, por la valoración de las diferencias, y por un modelo paritario, donde hombres y mujeres tomemos nuestro poder y desarrollemos nuestro liderazgo femenino, para ponerlo primero al servicio de nosotros mismos y, después, al servicio de los demás y de la vida.

Gracias a todas las personas que han sido mis maestras y que me han inspirado y encendido la luz que ahora me guía.

Carme Tena
Psicóloga y Coach PCC
www.carmetena.com

Si quieres conocer mejor a Carme Tena te recomendamos que veas la entrevista que le hiceron en Portal del Coaching EN ESTE ENLACE

Si te ha gustado este artículo, tal vez te interese nuestra página de «EN FEMENINO«