Percibimos el mundo, y todo lo que en el ocurre, mediante nuestros sentidos y al hacerlo estamos introduciendo el exterior en nuestro interior, llenándolo de información nueva.

Bajo nuestras reacciones suele haber un miedo inconsciente y es importante poderlo identificar, mediante la Descodificación Biológica, para desactivarlos.

Esos datos tienen la particularidad de ser analizados bajo el prisma de nuestras vivencias pasadas, ya sea de manera consciente o inconsciente.

Quizás ni sepamos que algo que vivimos hoy y nos disgusta, esta resonando con una vivencia anterior que tuvo un impacto emocional.

Los acontecimientos actuales que encajan con eventos del pasado que están activos, provocan una reacción emocional.

Si las experiencias del pasado han sido catalogadas como positivas habrá distensión, placer, sensaciones confortables, bienestar, etc. pero si las sensaciones pasadas han sido vividas como negativas, repulsivas o molestas la persona estará en contacto con algo desagradable, poco placentero e incluso fastidioso o pesado de soportar.

La calidad de nuestras emociones

La calidad de nuestras emociones condiciona sistemáticamente nuestros comportamientos y las experiencias pasadas nos llevan a escoger la estrategia que consideramos mejor, adaptada a cada situación.

Si los eventos del pasado nos han servido de aprendizaje y tenemos confianza en nuestros recursos vamos a responder serenamente, desde un punto de calma interior.

Por el contrario, si las experiencias pasadas nos han hecho sentir incómodos, vamos a responder desde alguna de las estrategias de supervivencia como son la huída, el ataque, la inhibición o hacerse el muerto o la astucia (juegos de poder).

Debajo de nuestras reacciones suele haber un miedo inconsciente al que todavía no le hemos puesto nombre, que nos provoca sufrimiento. Es, por tanto,  interesante identificar estos miedos para desactivarlos.

A menudo creemos que escogemos nuestra manera de vivir, elegimos nuestras actividades y que tenemos plena libertad para hacerlo, pero en muchas ocasiones no es así, es tan solo una apariencia.

Algunos ejemplos

Un hombre se marchó, a los 18 años, a vivir al extranjero, donde tiene un buen trabajo del que disfruta y es muy reconocido.

Todo va bien hasta que tiene que regresar a su país natal, porque su empresa lo requiere y es el momento en el que empiezan las discusiones y enfrentamientos, cada vez de un tono más alto, con las personas que tiene a cargo.

Solicita una visita en nuestra consulta, porque esto se ha convertido en un problema. ¿Qué ha ocurrido?  De joven “huyó” de casa por miedo a sus reacciones. Cada vez que se quería hacer entender y no lo conseguía acababa discutiendo.

La solución que encontró fue la huída, por lo que no ha solucionado el conflicto sino que se ha mantenido “inactivo” hasta que vuelve a estar en contacto con el medio donde sufrió incomprensión de pequeño. Su miedo es: no ser comprendido.

El camino que le lleva a huir es el mecanismo que ha encontrado para dominar el objeto del miedo.

Otro caso

Es el de un arquitecto, de naturaleza calmada, tranquilo y que tiene buenas relaciones con trabajadores y amigos hasta que, sin causa aparente, comienza a discutir e incluso agrede  en dos ocasiones a sus compañeros.

Termina renunciando en la empresa al verse incapaz de controlar la situación. ¿De qué tiene miedo cuando agrede?  De algo tan inesperado para él cómo es el miedo al vacío.

Hasta la fecha había trabajado en un despacho y ahora tenía que visitar obras y así fue como, en las dos ocasiones en las que agredió a un compañero, se encontraba en una plataforma sin seguridad,  lo que le provocó un pánico enorme que se transformó en agresión directa. 

En su caso, el acontecimiento que le marcó fue durante su propia gestación, momento en el que su padre sufrió una caída muy aparatosa desde el tejado, de la que no se recuperó totalmente. La tensión vivida tanto por su padre como por su madre dejó impronta en él.

Estratégias

La agresión sirve para liberar temporalmente la tensión, para desahogarse y si conozco el miedo que hay detrás puedo reflexionar y gestionar correctamente la situación.

En los casos en que la angustia y el miedo son inconscientes no podré reaccionar de manera coherente y la agresión supondrá un problema para las personas del entorno.

Otra estrategia es la astucia o uso del poder, que consiste en  utilizar habilidades comportamentales que consigan engañar, manipular o desorientar al adversario para estar a salvo.

Hay personas que usan la imposición, la discusión con argumentos incontestables, que cuestionan todo de manera provocadora como mecanismo para tranquilizarse.

Tal es el caso de una supervisora de una sala de enfermería, que había recibido varias denuncias por su comportamiento agresivo ante los trabajadores.

Cada reunión de equipo provocaba pánico entre los compañeros, ya que siempre había alguna situación que podía provocar una  interferencia con ella y respondía de forma abrupta.

Para ella su conducta en el trabajo era inexplicable y nadie de su entorno familiar o social hubieran dicho que podía transformarse de ese modo. Revisando su historia encontró cual era su miedo: ser engañada, en este caso por sus compañeros de trabajo.

Con 8 años participaba en un trabajo grupal en la escuela. Algunas compañeras no realizaron ninguna aportación y ella junto con otra niña se encargaron de todo, con tan mala suerte que el día de la presentación tenía fiebre y anginas y no puedo ir a la escuela.

La maestra le suspendió el trabajo a pesar de haberlo realizado. El proceder actual con discusiones y agresiones no era adecuado a las vivencias del momento solo que respondía a una vivencia pasada donde el miedo quedó oculto.

Decir que algo queda oculto no significa que desaparezca, por más que nos pese que no sea así. Contamos con un extraordinario poder en nosotros y está guardado en nuestro cuerpo donde quedan ancladas las emociones.

Ante una reacción desmesurada, desproporcionada pregúntate cual es el miedo que hay detrás  y cuando se inició, ya que pocas veces puede ser solo del instante presente.

Todo está inscrito en nuestro cuerpo y el cuerpo jamás miente. ¡¡Escúchalo!!

Angeles Wolder Helling
Terapeuta y formadora
Descodificación Biológica original
institutoangeleswolder.com

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