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Odontología sin metal en tu boca
Hay bastantes trabajos que evidencian que en muchos casos hay una alergia a metales y que eliminando la fuente del metal mejoran e incluso desaparecen los síntomas de la enfermedad
Como ejemplo hablaré del trabajo de Öckert K y Stejskal V. Se estudiaron 16 pacientes con fibromialgia diagnosticados según el criterio del American College of Rheumatology.
Todas las pacientes eran mujeres entre 25 – 65 años con una duración del proceso entre 3 y 20 años (9 de las pacientes de más de 10 años). Se hicieron varias evaluaciones clínicas entre ellas el test de destoxificación hepática y el test Melisa para la alergia a metales relacionados con amalgamas.

De las 16 pacientes, 14 tuvieron reacción al test Melisa positiva a 2 o más metales.
- 9 de las pacientes dieron positivo al níquel.
- 9 pacientes positivo al mercurio inorgánico.
- 11 pacientes positivo a sales orgánicas de mercurio.
- 7 pacientes positivo al oro y 5 pacientes positivo al titanio.
A 10 de las pacientes se les aplicó un protocolo de destoxificación mediante quelación antes de sacar la amalgama y 6 sin este proceso previo se sometieron a la eliminación de las amalgamas.
Los resultados al cabo de 1 año fueron:
- 6 pacientes ya no presentaban los criterios de tener fibromialgia y clínicamente se normalizaron.
- 4 pacientes no cumplieron todos los criterios de no tener fibromialgia pero mejoraron mucho clínicamente.
- 5 pacientes no mejoraron.
- 1 paciente no terminó el estudio.
A los 5 años 7 pacientes más ya no cumplían los criterios de tener fibromialgia, es decir, prácticamente se curaron del síndrome.
Hay muchas investigaciones que relacionan alergia a metales y fibromialgia pero he mencionado éste en el que ha participado la profesora Vera Stejskal (Presidenta de la Melisa Medica Foundation) y que lleva más de 20 años centrando sus investigaciones sobre el tema de la alergia a metales.

Y algunos de sus síntomas son: dolores de cabeza, insomnio, fatiga constante, depresión, falta de memoria, dolor articular (artralgia), irritabilidad, dolores musculares y debilidad muscular, neuralgia, no se descansa después de dormir, entumecimiento, rigidez en el cuerpo y hormigueo en las manos y los pies (parestesia) y también dolor. Un dolor profundo, punzante en los codos, en las rodillas, en los hombros, en las lumbares, en las caderas, etc.
¿Y qué puede desencadenar una alergia a los metales? Pues pasa desde un tatuaje (la mayoría de los colorantes utilizados en los tatuajes son sales de productos metálicos que quedan incrustados en la piel), joyas, piercings, vacunas y, también, amalgamas, implantes dentales, coronas dentales, personas con prótesis metálicas, placas o tornillos de operaciones de traumatología, etc.

Lo más importante es que si una persona hubiese desarrollado, por ejemplo, una fibromialgia o un síndrome de la fatiga crónica dando positivo en ese test Melisa la solución es tan sencilla como quitarse la corona tóxica y colocar otra sin metal como las de porcelana sobre circonio que son las que más utilizamos nosotros.
Extraída la fuente de toxicidad y colocada una biocompatible y saludable es muy probable que el cuerpo de esta persona recupere la normalidad, tal como nos indica la profesora Vera Stejskal que participó en la investigación comentada al comienzo de este artículo.
Nosotros en HappyClínica nos centramos en eliminar la causa que intoxica el cuerpo de una persona con este tipo de alergia más una terapia de quelación de los metales para expulsar de su cuerpo aquellos restos que pudieran estar almacenados en tejidos, grasa, etc.
Pocas personas saben que existe la alergia a los metales. Seguramente conocerán las alergias alimentarias (intolerancias), al polen o al polvo, etc. La verdad es que los metales en estado elemental no producen alergia.

Debo señalar la diferencia entre toxicidad y alergia. Son dos conceptos diferentes e independientes pero que pueden convivir en un mismo paciente. En los casos de toxicidad no interviene el sistema inmune ya que los síntomas son derivados de la exposición a grandes cantidades del metal. En cambio, cuando hablamos de alergia el sistema inmune sí que interviene y, por lo tanto, la importancia ya no recae sobre las cantidades de metal que nos afectan sino en el metal en sí. Cantidades muy pequeñas pueden provocar la reacción alérgica.
El test Melisa es la única prueba validada científicamente para valorar la alergia a los metales y consiste en recrear in vitro la reacción que un determinado paciente puede tener ante el contacto con el metal que le es perjudicial. Para ello se recoge sangre del paciente y se mide la reacción del organismo al ponerlo en contacto con los metales. Es importante señalar que el test Melisa no mide los niveles de toxicidad sino que nos indica si somos alérgicos a los metales o no y el nivel de hipersensibilidad, es decir, la severidad de la reacción.

Si te interesa conocer cómo se desarrolla la alergia a los metales te lo contaremos en Facebook (AÑÁDENOS EN FACEBOOK AQUÍ) y en nuestro blog próximamente.
Y aunque no todas las fibromialgias, síndromes de fatiga crónica y demás enfermedades comentadas se deben a una alergia al metal las que sí tienen esta causa tienen fácil solución.

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